Los neumáticos son uno de los componentes más importantes del coche y, por eso, hay que poner mucha atención en su estado para que nuestro vehículo circule con las mejores condiciones de seguridad, confort y eficiencia.
Si quieres más información relacionada con los neumáticos, te recomendamos leer este artículo con consejos para saber la presión recomendada de los neumáticos para cada vehículo, dónde encontrarla, cómo medirla, etc.
¿Por qué llevar los neumáticos con la presión adecuada y en buenas condiciones?
Muchos pensamos que los frenos son los que detienen el coche, pero esto no es así. Los frenos actúan directamente sobre las ruedas que, en definitiva, son las encargadas de frenar el coche. Disponer de unos buenos frenos no es una garantía de seguridad, estos se complementan con el estado de las ruedas, si estas se encuentran en mal estado podemos tener serios problemas con nuestra seguridad y la de los demás.
De ahí su importancia. Tener los neumáticos en buenas condiciones supondrá eliminar posibles peligros: responderán de la mejor manera a los frenazos, aunque sean bruscos, aumentará la adherencia al suelo, no se producirán pinchazos y se comportará correctamente en cualquier situación de climatología adversa.
Además, los neumáticos influyen muy directamente en el confort de la conducción: con la presión adecuada y bien equilibrados, la dirección no vibrará. Y el coche tampoco. Cuando un coche tiende a irse hacia un lado es precisamente porque la presión de los neumáticos no es la adecuada o no están bien equilibrados.
En cuanto a la eficiencia y ahorro de combustible también es importante: si se circula con una presión correcta, la superficie de contacto con el pavimento será la idónea y evitará un mayor consumo debido al menor rozamiento.
Así pues, la medición de la presión es importantísima. Por eso, todos los vehículos matriculados desde el 1 de noviembre 2014 llevan incorporado el sistema TPMS (Type Pressure Monitoring System).
¿Qué es el sistema TPMS (Type Pressure Monitoring System) de los coches?
En síntesis, podemos decir que son aquellos sistemas que permiten al vehículo, por sí mismo, medir la presión de las ruedas.
Existen dos sistemas y cualquiera de ellos nos advierten si existe alguna anomalía de presión en las ruedas.
El primero lo mide a través de la monitorización de las velocidades de rotación de las ruedas. Cuando los dos neumáticos no van a la misma velocidad significa que uno ha perdido presión y, en ese momento, salta una alarma visual y acústica que indica al conductor que debe revisar la presión.
El segundo sistema instala unos sensores en el interior de la rueda que miden la presión y temperatura, y envía estos datos al panel de mandos para que el conductor tenga siempre presente el estado de la presión.
En los coches antiguos, los de antes de 2014, los conductores deben vigilar la presión de los neumáticos. Con los automóviles de ahora es el propio coche el que mide la presión, aunque nunca estará de más vigilarlo por nosotros mismos.
Con carácter preventivo, es aconsejable llevar un inflador de coche que lleve incorporado un manómetro que podremos utilizar para comprobar la presión de los neumáticos si el sistema de presión nos avisa o en cualquier caso si observamos que están algo deshinchadas. Es un aparato muy sencillo, de bajo precio, que se maneja sin ningún esfuerzo y que nos puede evitar problemas tanto en la carretera como en ciudad.
No hay que olvidar, que ante la duda del estado de las ruedas o un inflado provisional la mejor medida de seguridad vial preventiva es llevar el coche a un punto de aire en una gasolinera o llevar el coche a un taller de vehículos para que sea revisado por personal especializado.
En otro artículo que publicamos hace unos años hablábamos de la historia de las ruedas y del futuro de los neumáticos que es interesante revisar para ver cómo se ha avanzado en este terreno.
Hasta que nuestro vehículo cuente con un sistema TPMS debemos revisar los neumáticos una vez al mes y siempre antes de iniciar un viaje. Medir la presión debe realizarse con los neumáticos fríos.
Llevar los neumáticos con la presión recomendada por el fabricante y con el dibujo que nos indique que el neumático todavía está en óptimas condiciones es todo un seguro para nosotros, sabremos que estos responderán porque se agarran al asfalto y viajaremos con mayor tranquilidad, sin duda.
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