¿Eres de los que cuando te encuentras con un atasco activas las luces de emergencia? Pues no es correcto. El Reglamento de circulación establece que si quieres detener o disminuir la marcha del vehículo (y avisar al conductor que viene detrás de ti) tienes que pisar varias veces el pedal del freno para activar las luces de frenado.
Las razones, aunque cueste creerlo, caen por su propio peso: reducimos la velocidad, avisamos a los coches que vienen detrás con la intermitencia de las luces traseras de los frenos y mantenemos el total control del coche, puesto que con las dos manos continuamos agarrando el volante y la mirada fija en la carretera.
Por el contrario, si queremos activar las luces de emergencia, la vista la dirigimos hacia el botón de activación de las cuatro luces, por lo que desviamos la atención de la carretera, y una de las manos deja el volante para pulsarlo, por lo que no tenemos el control absoluto del vehículo.
Sirva esta introducción para darnos cuenta de que la frenada es fundamental para la correcta conducción y que necesitamos estar al tanto de los últimos avances en este tema.
La frenada siempre ha sido considerada como uno de los elementos de seguridad activa más importante de los coches. Uno de los mayores avances en seguridad es el sistema de frenada automática de emergencia, otra de las ayudas a la conducción que la Unión Europea ha establecido para que todos los vehículos la incorporen si quieren ser homologados en el mercado europeo. De algunas de estas ayudas a la conducción o sistemas ADAS, ya os hemos hablado en otros artículos: el alcolok, la caja negra de los coches, la detección de fatiga y somnolencia, la revisión del estado de los neumáticos y la medida de presión de los neumáticos, por ejemplo.
¿En qué consiste el sistema de frenada automática de emergencia?
En síntesis, este sistema detecta aquellos vehículos, objetos, personas y animales que circulan a menos velocidad -o, incluso, si no están en movimiento- que se encuentran en la trayectoria del coche. Al detectarse algún obstáculo, el sistema de frenada automática de emergencia del vehículo activa automáticamente los frenos, reduce la velocidad e impide, en lo máximo posible, la colisión o minimiza sustancialmente los daños.
En ciudad, si la velocidad no pasa de 30km/h es capaz de detener el vehículo por completo y se activa a partir de 5 km/h para no dificultar a la hora de aparcar.
La detección se realiza a través de cámaras, sensores, radares de medio y largo alcance y LIDAR que es un dispositivo que utiliza un haz láser para medir distancias.
Las condiciones climatológicas no influyen demasiado en la eficacia de este sistema. La acción combinada de las cámaras con los radares se complementa en situaciones complicadas de nieve, niebla, etc.
Las cámaras van montadas en los parabrisas y registran los objetos mediante algoritmos y la IA, inteligencia artificial. Cuando hay unas condiciones climatológicas adversas la información que envía no es del todo buena, pero al estar combinada con los radares, situados en el frontal del coche, y que tienen un alcance de 250 metros, se completa la información enviada por las cámaras para dar la máxima fiabilidad.
Lo que si influye en esta detección es la noche. El estudio realizado por el Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras (IIHS), concluyen que es muy valioso de día, pero que por la noche pierde eficacia.
Existen tres sistemas de frenada automática de emergencia actualmente: el sistema AEB (Autoónomus Emergency Brake) que son radares, el sistema PABS (Predictive Emergency Braking System) que utiliza tanto radares como cámaras y el SCBS (Smart City Brake Support) que es un sistema para detectar colisiones en ciudad puesto que su rango está entre 4 y 30 km/h.
Se dice que esta ayuda a la conducción es el avance más importante desde la aparición del cinturón de seguridad. Esperamos que cumpla todas las expectativas y que contribuya a la reducción significativa de víctimas mortales y lesionados graves.
Fuentes consultadas:
