Si un vehículo se mantuviese permanentemente en su carril los accidentes se reducirían considerablemente. Por eso, la tecnología ha creado un sistema que permite mantener el coche en el centro del carril cuando involuntariamente invade el carril adyacente -si va en una autovía de varios carriles- o el contrario -si va en una carretera convencional de doble dirección-.
Esta ayuda a la conducción pertenece al grupo de los sistemas ADAS de seguridad obligatorios a partir de junio de 2022 por la Unión Europea. A partir de esa fecha todos los fabricantes de vehículos que quieran ver sus modelos homologados para su venta en el mercado europeo deben llevar de serie este sistema.
El máximo causante de los accidentes de carretera es el factor humano. Dentro de este factor humano, las distracciones suponen un tanto por ciento muy alto. De ahí que las autoridades europeas, que quieren rebajar al mínimo las más de 25.000 muertes que se producen anualmente en las carreteras europeas, tengan el punto de mira en las distracciones.
A grandes rasgos, este sistema advierte cuando el vehículo está a punto de salirse de su carril y actúa sobre la dirección para devolverlo al centro. Las causas por las que un coche puede salirse de su carril son varias, pero las más frecuentes son la somnolencia y la distracción.
Como está pensado para evitar problemas con distracciones, cuando el conductor acciona el intermitente el sistema entiende que es una maniobra premeditada y no hará nada. Si en algún momento, se quiere cambiar de carril, y se olvida de poner la intermitencia, el sistema lanzará el aviso, pero con una leve presión en el volante, el conductor podrá realizar el cambio de carril sin problemas.
Ahora bien, si no se pone la intermitencia, el sistema se pondrá en acción. También se puede desconectar y así no habrá avisos. Empieza a estar activo a velocidades superiores a los 65 km/h, para que en ciudad no se active.
Este sistema está muy entrelazado con el detector de somnolencia y fatiga.
El funcionamiento de este sistema se basa en: una cámara que va en el frontal del coche; un programa que, conociendo la velocidad del coche y el giro del volante, calcula si se está desviando del centro e, incluso, el tiempo en que se superará las rayas del carril; y también, como hemos dicho está en comunicación con el sistema de detección de somnolencia y fatiga que avisa del estado del conductor. Un poco antes de superar estas líneas continuas o discontinuas, la dirección asistida corrige al volante para mantenerse en el carril.
La cámara que va en el retrovisor es tan avanzada que ve las líneas de la carretera, ya sean amarillas o blancas, continuas o discontinuas o, incluso, aunque estén casi borradas.
Hay tres tipos de sistemas:
Los que avisan al conductor cuando el coche abandona su carril con diversas advertencias, tanto visuales como audibles o de vibraciones (advertencia de abandono de carril, en inglés, lane departure warning, LDW).
Los que, si el conductor no responde cuando el sistema le avisa, toman medidas por sí solos para que el coche permanezca en su carril (asistente de mantenimiento de carril, eninglés, lane keeping assist, LKA).
Los que asisten en el sobreviraje, manteniendo el vehículo entrado en el carril e insistiendo al conductor que tome el control (asistente de centrado de carril, eninglés, lane centering assist, LCA).
Según un estudio del technology readiness levels, este sistema puede reducir los accidentes un 53%.
Como en todos los sistemas de ayuda a la conducción o sistemas ADAS lo importante sigue siendo el conductor. El sistema te echa un cable en situaciones de despiste, pero no se puede confiar todo en la tecnología. Una conciencia cívica y vial resulta siempre el mejor sistema para evitar accidentes. Esperemos que cada año se sigan rebajando los accidentes mortales hasta llegar a esa ansiada cifra de cero accidentes en 2050 y si es antes, mejor.
Fuentes consultadas: