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    24/07/2017 (actualizado: 17/12/2020)

    ¿Vas a hacer el Camino de Santiago? Seguros de asistencia al viajero

     

    El 25 de julio se celebra la festividad de Santiago, patrón de España y una de las principales fuentes de peregrinación de la Cristiandad a lo largo de la Historia. El Camino de Santiago se ha convertido en una rica experiencia que muchas personas deciden abordar, y en estos casos la asistencia al viajero es fundamental; es posible que tú mismo tengas decidido hacerlo, coquetees con la idea o incluso seas ya un veterano del cayado y la mochila. Esa mochila en la que hay que llevar tantas cosas útiles y necesarias para el camino.

    La cosa es: ¿alguna vez te has planteado, o te plantearías, llevar en esa mochila un seguro para el Camino de Santiago?
    Pues deberías. El camino de Santiago se hace para arrancar de la experiencia muchas buenas cosas. El seguro no puede conseguir que esas cosas buenas se te presenten; pero lo que sí puede hacer por ti esta asistencia al viajero es evitarte las malas. Hay muchas protecciones de seguro susceptibles de jugar un papel durante tu peregrinaje, pero aquí están algunas de las principales.
    Por supuesto, lo primero en lo que puedes y debes pensar es en un seguro de asistencia en viaje. En el mercado puedes encontrar pólizas y seguros para el Camino de Santiago directamente pensadas para el peregrino, con diversas coberturas. Entre ellas se suele encontrar la asistencia médica en caso de ocurrir algún percance de importancia; tan de importancia que incluso se suele incurrir la repatriación del peregrino, algo que por lo tanto puede ser de importancia si no eres español.
    Aunque el camino es un remanso de paz, nunca estás exento de encontrarte en situaciones complejas de esas en las que necesites a un abogado que te asesore; por eso, entre estas pólizas de asistencia al viajero se suele encontrar una cobertura de defensa legal, incluyendo sobre todo el asesoramiento telefónico. Añádele las coberturas «clásicas» de viaje, derivadas de la anulación del viaje, la demora de la salida o de la pérdida de transportes o de equipaje, más la omnipresente responsabilidad civil por si le causas daño a alguien, y tendrás una póliza bastante aseada.
    Empieza por informarte si tienes un seguro del hogar sobre qué te cubre y qué no en esta materia
    Pero hay más. Si utilizas algún medio de transporte, como la bici o el caballo, y por supuesto llevas tus pertenencias contigo en la mochila, puedes pensar en asegurarlas ante el riesgo de robo; que el camino es muy largo, los peregrinos muchos y lo mismo no todos van de buenas. Empieza por informarte si tienes un seguro del hogar sobre qué te cubre y qué no en esta materia, y luego decide. No te olvides de preguntar por el móvil, que seguro que lo llevas.
    Pero es que hay más. En proporción con lo sibarita que sea uno, al Camino hay que ir con más o menos dinero. Y, en aras de la ligereza y eficiencia, no es ninguna mala idea llevarse tarjetas que garanticen la capacidad de pago sin tener que llevar mucho billete. Pero las tarjetas también se pierden o son de interés para los amigos de lo ajeno; por ello, bien estará recordarte aquí, una vez más, que hay seguros específicos de tarjetas que complementarían perfectamente a tu seguro de asistencia al viajero y que te serán extraordinariamente útiles si de repente te ves sin la tuya.
    Hay seguros específicos de tarjetas que complementarían perfectamente a tu seguro de asistencia al viajero
    Todo saldrá de cine, seguro. Pero el por si acaso no te costará mucho, y así llevarás un ángel de la guarda más que te proteja.

     

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