En estos tiempos de sequía, la relación entre el agua y el seguro está muy clara a través del seguro agrario o el seguro de inundaciones. Pero lo cierto es que la relación entre el agua y el seguro es, dicho sea sin cachondeo, más profunda.
Piensa, sin ir más lejos, que cuando no hay agua no son sólo los agricultores los que se ven afectados. Muy especialmente, el agua es un elemento interesante para la industria del ocio, a través de multiplicidad de establecimientos, desde las piscinas hasta las instalaciones de alquiler de motos de agua o de esquí acuático. Cuando esas instalaciones son marinas probablemente no hay gran escasez que asegurar, porque el mar no se va a ir. Pero en el caso de lagos, ya la cosa cambia. Eso sin mencionar que si un parque acuático, un parque de atracciones, un zoo o un campo de golf, incluso, no puede hacer uso del agua porque su uso esté racionado, ello puede resultar en un problema grave.
El supuesto que aquí se apunta es un clásico caso de lo que en seguro se suele denominar pérdida de beneficios, aunque sería más exacto decir pérdida de ingresos. Esta modalidad de seguro prevé que si una instalación o negocio no puede seguir teniendo ingresos porque algo le impide desarrollar su oferta o actividad, el seguro indemniza.
El otro gran grupo de casos asegurables se refieren al momento en el que agua, lejos de faltar, se presenta. Es el caso de las explotaciones turísticas que se protegen mediante un seguro contra la posibilidad de que no haga sol cuando debería haberlo y, consecuentemente, los turistas se vayan (generando, una vez más, una pérdida de ingresos).
El seguro de inundaciones
Por último, pero no por ello menos importante, están los casos en los que el agua se pasa de vueltas y desborda, casos en los que el seguro de inundaciones cobra especial importancia. Lo mismo no lo sabes, pero se ha calculado que en España hay tres millones de personas que viven en lugares que se consideran de alto riesgo de inundación. Las sequías van y vienen, pero las inundaciones se producen con más regularidad: la media en España es de 10 episodios de cierta gravedad cada año. En los últimos 20 años, el exceso de agua ha causado más de 300 muertes y daños por valor de 800 millones de euros. Y ahí está el seguro de inundaciones para pagar, razón por la cual es habitual comprobar que en zonas donde se han producido inundaciones graves, la tasa de aseguramiento tiende a elevarse.
El agua y el seguro, por lo tanto, van de la mano. Usualmente, es el agua lo que se usa para lavar; pero en este caso es el seguro el que lava los desmanes que produce.