El arte quizás sea un deporte, pero el deporte es un arte, frase de Pierre de Coubertin. creador de los nuevos Juegos Olímpicos, y como hoy 6 de abril es el día internacional del Deporte, queremos resaltar la relación exitente entre deporte y arte, que es muy intensa y seductora.
Esta relación viene de antiguo. En la Grecia antigua vemos como se representaron muchas actividades deportivas. La más icónica es el famoso discóbolo de Mirón, que muestra a un atleta justo antes de lanzar el disco. Esta unión de arte y deporte se verá en sucesivas épocas y escuelas artísticas. Pero, desde el punto de vista del arte, la fascinación que sintieron los griegos por el deporte desaparecerá durante varios siglos.
Cartel de Leroy Newman. Fuente: catálogo.artium.org
Por ejemplo, la cultura que siguió a los griegos, la romana, no tenían tan presente el concepto de deporte. Aunque no tenemos muchas representaciones de deportistas practicantes si nos ha llegado, entre otros monumentos, el famoso circo romano, escenario de espectáculos ecuestres y las famosas carreras de cuadrigas, que han pasado a la historia gracias a la película Ben Hur. Si en la época romana el deporte no fue muy reverenciado, en la edad media el deporte fue relegado a un segundo o tercer plano en aras de las artes militares.
Prácticamente no se hacia deporte aun cuando sabemos que Luis X de Francia murió por beber agua fría después de un partido de pelota. Pero no tenemos muchos testimonios de esta época puesto que el arte estaba, casi en exclusiva, en función de la temática religiosa.
Hasta que llegamos a un hito histórico: la celebración en Atenas en 1896 de la I Olimpiada del mundo moderno. A partir de esta primera celebración el deporte se transforma en algo más popular que los elitismos deportivos que reinaban en aquel entonces. Las vanguardias artísticas se vuelcan en esta actividad y, a partir de entonces el tema artístico-deportivo crece considerablemente. Sin ir más lejos, los carteles que anunciaban las olimpiadas modernas podrían ser un resumen de los sucesivos estilos artísticos.
Roal Bradstock. Fuente: Asama.org
Es pintoresco el caso de Roal Bradstock también llamado “el Picasso olímpico”. Fue segundo en lanzamiento de jabalina en las olimpiadas de 2012, pero antes compitió en un certamen de Arte Deportivo del Comité Olímpico de EE. UU. y se llevó la medalla de oro.
También nos viene a la cabeza Andy Warhol. Como quería elevar todo aquello que fuera cotidiano a la categoría de arte tomó muchas de sus inspiraciones en el deporte. Sus retratos de Mohamed Ali (Cassius Clay) y Pelé son particularmente famosos.
A Leroy Neiman, famoso cartelista, le encargaron los carteles de numerosos eventos deportivos que solucionó con verdaderos aportes creativos y artísticos. En este enlace podrás ver gran parte de sus obras sobre deporte o en vano fue el pintor oficial de cinco olimpiadas.
En España tenemos el ejemplo de Jordi Alumà, un artista para el olimpismo. Fue galardonado con el primer premio en la VI Bienal del Deporte en las Bellas Artes en Barcelona, siendo su primer contacto con la temática que marcaría el resto de su trayectoria. La obra con la que obtuvo el premio fue Ciclistas.
Fuentes consultadas:
Asama.org, Artsvalua.com, Catálogo. Artium. org, Raco.cat y Elmundo.es