En España, durante 2021, según datos de AEDIVE, se matricularon 39.675 vehículos eléctricos y 43.324 vehículos híbridos enchufables -aquellos que combinan el motor eléctrico con uno de combustión interna-. Estos datos contrastan con los de Noruega, donde el 64% de los coches vendidos eran eléctricos frente al 2,76% de España. De ahí que uno de los objetivos de la Agenda 30 se centre en llegar al medio millón de vehículos eléctricos en el año 2030, un salto importante que se puede alcanzar, ya que, a principios de 2022, había un parque de 180.000 vehículos eléctricos.
Esta previsión solo puede ser posible si se consigue una amplia red de puntos de recarga. La recomendación europea es que haya uno cada 60 km y ahora mismo menos del 5% de la red viaria principal cumple esta observación. Y si nos referimos a zonas rurales, este porcentaje baja al 0,7%, por lo que, estamos muy lejos de los objetivos de Bruselas.
Uno de los puntos principales para instalar un punto de recarga reside en la rapidez de recarga. El mercado busca que el tiempo sea prácticamente igual al que se tarda en llenar el depósito del coche, pero cuanto más rápido se cargue más caro cuesta.
Las estaciones de servicio, a lo largo de estos años, han instalado puntos de recarga que son, por lo general, de baja potencia, y eso quiere decir que el tiempo empleado en recargar el coche es bastante alto.
Según Anfac, únicamente el 12% de los puntos de acceso público españoles son de carga rápida, una potencia superior a los 22 KW, donde el tiempo de recarga del 80% de la batería sería de hora y media. Si estamos de viaje, parar en una gasolinera a recargar y esperar hora y media se nos haría muy largo. Otra cosa es que aprovechemos para comer, pero eso ya es condicionarnos el viaje.
Las cargas ultrarrápidas son las que en 5 o 10 minutos cargan el coche con el 80% de la batería. Y es a lo que tienden las gasolineras españolas aunque, como dijimos, todavía están muy lejos de llegar a la red mínima exigida por Bruselas.
Un decreto de 2020 obliga a todas las gasolineras cuyas ventas superen más de 5 millones de litros anuales, lo que se traduce en más de mil gasolineras, que dispongan de puntos de recarga rápidos, de al menos 50 KW.
Con este decreto y las facilidades que se están dando actualmente a las gasolineras para la instalación de un punto de recarga -solo basta una declaración responsable en vez de los largos trámites administrativos de antes-, nos imaginamos que el salto cuantitativo será importante. Incluso se ha especificado que las gasolineras franquiciadas podrán instalar puntos de recarga de otro operador, puesto que, hasta ahora, estaban obligadas a seguir las pautas del franquiciador.
En cuanto a los puntos de recarga por comunidades, Cataluña destaca copando el 25% con 3.500 instalaciones, le siguen la Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía que son las únicas que sobrepasan los 1.000 puntos de recarga.
Confiamos que los coches con combustibles sólidos vayan siendo sustituidos por coches no contaminantes progresivamente y cada vez haya un parque automovilístico más moderno y más amigable con el medio ambiente.
Más información:
👉 App con los puntos de recarga públicos en España
