Los Reyes Magos salen de Oriente con tiempo suficiente como para llegar a Belén. Sin embargo, por el camino pueden encontrarse con infinidad de contratiempos… ¿Y si a medio camino Melchor enferma? El problema fundamental no es el tiempo perdido, sino qué hacer para curarlo pronto. Afortunadamente, Gaspar o Baltasar pueden ayudarle echando mano de su seguro de asistencia en viaje, gracias al cual, poner remedio a éste y cuantos imprevistos surjan en su viaje.
Con Melchor recuperado, hay muchas otras sorpresas desagradables que pueden surgir en el camino, pero alguien les echará una mano para solucionarlas y que lleguen a tu casa la noche del 5 de enero. Si se olvidan la mirra en Belén, la póliza de asistencia en viaje les abonará la compra de un nuevo cofre de mirra.
Su carro con los cofres y otros regalos también puede acabar maltrecho. Si una rueda se rompe en el camino, una simple llamada a la grúa de su seguro y les llevará hasta el oasis más cercano, donde poder repararlo. Si en el oasis, por cierto, aparcan mal el camello y el animal se lastima una pata contra el tronco de una palmera, la aseguradora del animal les proveerá con un camello de sustitución.
No acaba la cosa ahí. Si deciden hacer noche y habiendo poca luna, la caravana de los Reyes puede chocar con la de unos mercaderes. En teoría, allí tendrían que quedarse hasta que quedase claro de quién fue la culpa de la colisión: pero gracias a que ambas caravanas están aseguradas, todos ellos rellenan la declaración amistosa de accidente, se la envían a su aseguradora por el móvil, y siguen el viaje.
Si al final llegan al portal de tu casa y el perro de tu vecino le da un mordisco en el culo a Gaspar, dejándole hecho una pena… La cobertura de responsabilidad civil de la póliza de hogar de su dueño, se hará cargo de los daños causados por el animal.
Pase lo que pase, el seguro estará a su lado y se ocupará de que tanto ellos como los regalos, lleguen sanos y salvo a tu casa.