El mundo tiene una agenda. Una agenda repleta de objetivos y compromisos de aquí a diez años. La agenda 2030 de la ONU viene a ser, básicamente, un proyecto que busca que el mundo, en su globalidad, dé en los próximos diez años el mayor salto de bienestar en tan poco tiempo que ha dado nunca; y que lo haga avanzando al mismo tiempo hacia la sostenibilidad. Por una vez se busca que bienestar y sostenibilidad no sean vasos comunicantes en los que, si gana uno, pierde el otro. Para lograrlo se han planteado 17 metas a alcanzar, son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Es un programa ambicioso; pero lo último que hay que hacer con los programas ambiciosos, es abandonarlos.
¿Tiene algo que decir el seguro sobre los ODS? Pues, en realidad, todo. A mucha gente, a ti mismo, le podrá parecer que la actividad aseguradora tiene muy poco que ver con los Objetivos de Desarrollo Sostenible; y, sin embargo, será difícil que encuentres algo en lo que puedas estar más equivocado.
Piénsalo: nosotros lo aseguramos todo. Desde el momento en que una gota de agua cae del cielo hasta que tú te la bebes, convenientemente tratada para que no te dañe, se produce un proceso que está 100% asegurado. Algo tan largo y trabajoso como el proceso de educación de un ser humano está, en países como el nuestro, asegurado desde los primeros juegos con plastilina hasta el día que te gradúas cum laude. Nosotros aseguramos las fábricas que producen, y las instalaciones que generan la energía que utilizan. Aseguramos las herramientas de distribución, los canales de venta, hasta el propio hecho de consumir.
Nosotros, solos, no podemos conseguir que todo eso se haga en condiciones de sostenibilidad; pero sí podemos ayudar. Porque la insostenibilidad es un riesgo más, y nuestra actividad consiste en ayudar a nuestros clientes a gestionar sus riesgos, a evitarlos, a gestionarlos.
No olvides, además, que la sostenibilidad tiene un flanco de gran importancia: su financiación. Para lanzar y sacar adelante muchos proyectos verdes hace falta dinero de otros. Muchos de esos proyectos, precisamente por sus características, necesitan financiadores estables y a largo plazo: proveedores de fondos que no estén entrando y saliendo al calor de los mercados y las situaciones. Y resulta que, precisamente, ése es el perfil de inversión del sector asegurador. El seguro está siempre buscando inversiones estables y a largo plazo.
Por último, pero no por ello menos importante, no hay que olvidar que el reto sostenible tiene una vertiente, la social, basada en el adecuado tratamiento de los trabajadores en empresas que paguen salarios justos y en condiciones justas. Éste es un terreno en el que el seguro destaca especialmente, pues es un sector laboral con un porcentaje de empleo temporal inferior al 5% y está entre los sectores que mejor paga a sus trabajadores.
La agenda 2030 es también, por éstas y por muchas otras razones, la agenda del seguro del siglo XXI.
