El Congreso de los Diputados de España ha aprobado la reducción del límite de alcoholemia para los conductores, estableciendo una nueva tasa máxima de 0,2 gr/l, y de 0,1 miligramos por litro en aire expirado. Con esta nueva tasa no se podrá tomar nada de alcohol, ya que beber una sola copa de vino o una caña de cerveza ya daría positivo.
La medida surge tras constatar que el alcohol sigue siendo uno de los principales factores de riesgo, ya que, según un estudio, el alcohol está presente entre el 30% y el 50% de los accidentes en carretera, ya sea con víctimas mortales o sin ellas, además de las 50.000 condenas penales por consumo de alcohol al volante.
Datos alarmantes de víctimas
En 2023, según datos aportados el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, el 53,6% de los 862 conductores fallecidos que fueron sometidos a autopsia y análisis toxicológico resultaron positivos en alcohol, drogas de abuso y/o psicofármacos.
Siguiendo con estas cifras, en 2023 se registró que, en más del 59% de los accidentes mortales, el alcohol estaba presente. Además, según los datos disponibles, los accidentes por consumo de alcohol suponen la segunda causa de siniestralidad mortal. Una gran mayoría de los conductores fallecidos con resultados toxicológicos positivos —hasta el 90%— fueron hombres. Este porcentaje refleja un leve incremento del 0,8% en comparación con 2022, a pesar de que, por categorías, se ha registrado una disminución del 2,8% en la detección de alcohol. Sin embargo, los resultados positivos en drogas y psicofármacos han aumentado, con un 2,3% y 1,1%, respectivamente.
Muchas voces de la comunidad médica y las asociaciones de víctimas han pedido que el límite sea 0,0 gr/l en lugar de 0,2 gr/l.
¿Por qué la tasa 0,2 gr/l y no la de 0,0 gr/l?
Pere Navarro, director general de Tráfico, ha explicado que la Comisión Europea recomienda, en un informe de diciembre de 2022, que el límite se fije en 0,2. Además, mencionó que Suecia y Noruega, países de referencia en seguridad vial, también tienen fijado el límite en 0,2 gr/l. Por esas dos razones, España lo fijará en 0,2 gr/l en lugar de 0,0 gr/l. Como ya hemos dicho anteriormente, con la tasa 0,2 gr/l no se podrá beber absolutamente nada. Es prácticamente igual que la tasa 0,0 gr/l. Entonces ¿por qué no se pone la tasa 0,0 gr/l? Pere Navarro aduce que hay algunos procesos digestivos que pueden dar niveles de alcohol en sangre, lo que "técnicamente nos podría crear algún conflicto".
Comparativa internacional
En varios países de la Unión Europea, la prohibición del consumo de alcohol al volante es absoluta. Entre estos se encuentran Eslovaquia, Hungría, la República Checa y Rumanía, que han establecido un límite de 0,0 gramos de alcohol por litro de sangre para los conductores, garantizando así una política de tolerancia cero en las carreteras. Sin embargo, según Navarro, España tiene unos índices de seguridad vial bastante más elevados que estos países.
Implementación de la reforma
La reforma está en proceso y se espera que entre en vigor en 2025, una vez que el Ministerio del Interior redacte y modifique el reglamento necesario para incluir estos cambios en el Reglamento General de Circulación. Hasta que llegue ese momento, se continuará con el límite actual de 0,5 gr/l en sangre y 0,25 mg/l en aire espirado para conductores generales, mientras que para conductores noveles y profesionales el límite es de 0,3 gr/l y 0,15 mg/l, respectivamente.
Evidencia y justificación
La reducción del límite de alcoholemia forma parte de una estrategia más amplia que busca reforzar el mensaje de “cero alcohol al volante”.
La evidencia apoya esta medida como una herramienta para reducir los accidentes. Diversos estudios han demostrado que incluso pequeñas cantidades de alcohol en sangre afectan la capacidad de reacción, la atención y la percepción visual de los conductores. Con el límite actual de 0,5 gr/l, el riesgo de sufrir un accidente se multiplica por dos; con 0,8 gr/l, el riesgo es cinco veces mayor, y continúa aumentando a medida que lo hace el nivel de alcohol en sangre.
En conclusión, la reducción del límite de alcoholemia en España tiene el objetivo de reducir la siniestralidad y fomentar una cultura de cero alcohol al volante. Si bien todavía quedan pasos legales antes de que la normativa sea efectiva, ya se percibe como un cambio necesario para alinear al país con las mejores prácticas europeas y promover una mayor seguridad en las carreteras.
Esta medida, aunque polémica para algunos sectores, está basada en la protección de vidas humanas y en la disminución del riesgo de accidentes evitables. Las autoridades esperan que, con la combinación de normativa, control y campañas educativas, los ciudadanos entiendan que la mejor decisión siempre es evitar el consumo de alcohol si se va a conducir. La aceptación social de estas políticas será crucial para su éxito, y los próximos meses serán clave para observar cómo evoluciona la percepción pública y la implementación efectiva de este cambio legislativo.
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