Según la DGT, un 32% de los españoles piensa que es buen conductor; el 33% muy bueno; y un 23% excelente, grupo que abarca el 88% de los conductores, el resto, el 12% se define como malo o muy malo al volante.
Pero una cosa es considerarse buen conductor y otra muy distinta conducir respetando en todo momento la normativa vial. Es cierto que todos hemos pasado un duro examen para obtener el carné de conducir, pero, como suele ocurrir, nos acordamos de lo importante. Las normas que no empleamos habitualmente, o aquellas que no valoramos lo suficiente, van cayendo en el olvido progresivamente.
Por ejemplo, la utilización del claxon, ¿quién no ha oído, o dado, bocinazos de desesperación en un atasco? ¿O cuándo alguien hace una maniobra indebida con el coche, le llamamos la atención pitándole? Según la normativa vial está prohibido hacer uso del claxon sin que haya una situación evidente de peligro. La multa será, en estos casos, de 80 euros.
Podemos usar repetidamente el claxon cuando es una urgencia. Como, por ejemplo, llevar a una mujer embarazada a un hospital. Pero si lo que queremos es llegar cuanto antes a casa y tocamos el claxon para que un coche se aparte, la multa ascenderá a 200 €.
Existen otras situaciones como, por ejemplo, no usar los intermitentes. No siempre los utilizamos o no los empleamos correctamente. Por esta circunstancia pueden ponernos una multa de 200 €, porque la DGT lo considera infracción grave.
La imprudencia de algunos conductores por las prisas o una determinada conducción agresiva los lleva a no respetar la distancia de seguridad con el vehículo de delante, y eso supone una sanción de 200 €.
También “picarse”, como se suele decir coloquialmente, ante un coche que nos adelanta conlleva una sanción. Bajo ningún concepto, el vehículo que es adelantado puede acelerar, sino todo lo contrario, tiene que facilitar la maniobra ya que se produce una situación de mucho peligro para los dos coches, así como para los que vayan cerca. Cometer este tipo de irresponsabilidad tiene una multa de 200 €.
Y si acelerar puede ser objeto de multa, frenar, de una manera temeraria para molestar a otros conductores, también lo es: 500 € y 6 puntos.
Es raro que nos fijemos en nuestra propia matrícula, pero de vez en cuando debemos hacerlo porque si está sucia o deteriorada y no se lee correctamente, conlleva una sanción de 200 €.
Una multa igual que si se para en una gasolinera y no se apaga el coche o, incluso, si no se desconecta la radio o las luces.
En este artículo podemos consultar más infracciones que no las tenemos nada interiorizadas y que acarrean sus consiguientes multas.
No obstante, hay muchas multas con las que podemos no estar de acuerdo, y para eso resulta muy conveniente que nuestro seguro de coche nos ofrezca la garantía de defensa de infracciones administrativas de tráfico, lo que solemos llamar recurso de multas de tráfico.
Esto es muy importante porque obtenemos atención y apoyo legal con el objetivo de reducir las sanciones tanto económicas como la penalización por pérdida de puntos. Esto conlleva como resultado un ahorro de tiempo y dinero, ya que los costes por la contratación de un abogado por cuenta de cada uno normalmente son elevados.
A través también de esta garantía que ofrecen los seguros de automóvil, contamos con cobertura del curso de sensibilización y reeducación vial para la recuperación de los puntos del carné, en caso de la pérdida total de los puntos, que nos cubre los gastos del mismo hasta los límites establecidos en las condiciones particulares del seguro del vehículo.
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