Debajo de la tierra y del mar las cosas pueden llegar a ser muy chungas, y una de las formas que tenemos de enterarnos son los volcanes. Los volcanes han protagonizado la Historia, como ocurrió en Pompeya o en Krakatoa. Lo cierto es que la potencia destructiva o disruptiva y el riesgo de los volcanes puede ser muy alta, y esto es algo que regresa al primer plano de la opinión pública cada vez que una de estas montañas de fuego se despierta, como ocurre estos días con el monte Agung en Bali, Indonesia.
Los daños provocados por un volcán son, fundamentalmente, directos, esto es provocados por la lava o el fuego; pero también indirectos, como los causados por las cenizas. Si las cenizas volcánicas adquieren densidades elevadas, pueden afectar a la salud de las personas, a las infraestructuras e incluso a la capacidad de volar de los aviones comerciales, como aprendimos en el 2010 en Europa con la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull; un volcán del que casi es tan difícil predecir su propia erupción como pronunciar su nombre con un polvorón en la boca.
El impacto potencial es importante. La reaseguradora mundial SwissRe calcula que unos 1.000 millones de personas en el mundo viven dentro de un radio de 150 kilómetros de un volcán.
¿Cuáles son los riesgos volcánicos en España?
¿Y en España? Bueno, lo primero que hay que decir, en el caso español, es que las erupciones volcánicas son consideradas riesgos extraordinarios o catastróficos, lo cual quiere decir que se gestionan, desde el punto de vista del seguro, a través de la institución del Consorcio de Compensación de Seguros. Dicho esto, el CCS no ha tenido que pagar todavía percances por esta causa, porque el riesgo volcánico en España es muy bajo. La última erupción en tierra fue en 1971 (volcán Cumbre Vieja, isla de La Palma); y tras ella sólo se anota otra en el 2011, en el mar cerca de la isla del Hierro.
La localización de los dos sucesos a los que nos hemos referido ya te debe dar una pista importante: en realidad, cuando hablamos de riesgos volcánicos en España, estamos hablando, básicamente, de riesgos volcánicos en Canarias. Esta comunidad insular, en efecto, es claramente la que está más expuesta al riesgo de este tipo de catástrofe natural, aunque éste tampoco es muy elevado como demuestra la historia de los percances ocurridos. Si te mola el tema, te puedes pasar por un análisis reciente accesible en la web del Consorcio, donde se estudia, entre otras cosas, la probabilidad de nuevos sucesos de este tipo y su capacidad estimada de generación de daños.
Cabe recordar, en todo caso, que las personas residentes en los lugares señalados como potencialmente más expuestos a estos riesgos volcánicos no tienen por ello que pagar seguros más caros para protegerse a ellos o a sus bienes. El sistema de cobertura de catástrofes que tiene el seguro español hace que seamos todos los clientes del seguro los que colaboremos en la prevención de estas pérdidas. Hoy por tu volcán, mañana por mi inundación. Así funcionamos.