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Los inhibidores de frecuencia. Otro peligro para la seguridad en el hogar

Escrito por MMT Seguros | 21 / noviembre / 2017

 

Todos buscamos que nuestra vida sea más segura. De ahí que instalemos alarmas en nuestras casas para evitar robos, pero siempre aparecen nuevos métodos para desactivarlas. Los inhibidores de alarmas son uno de ellos.

Las alarmas no están solo para los hogares. Los vehículos también disponen de numerosos modelos para evitar su sustracción. Hace tiempo, los inhibidores de frecuencia se pusieron muy de moda en los vehículos para contrarrestar la acción de los radares hasta que fueron prohibidos por motivos obvios.
Como esta sección está dedicada a la seguridad en el hogar, nos vamos a centrar en las alarmas y, sobre todo, en los sistemas que las inutilizan porque eso significa que la protección que nos dan las alarmas, desaparece.
Hace tiempo publicamos dos artículos en este mismo blog en el que se tocaban temas sobre la seguridad en el hogar. Uno con el título “¿Qué puede hacer la domótica por la seguridad de tu hogar?” y otro “Cómo vigilar tu hogar con el móvil” en el que se daban varias opciones para tener el hogar, y la familia, sobre seguro.
¿Pero qué es un inhibidor de frecuencia?
Una definición que vemos en elandroidelibre.elespanol.com es la siguiente:
Los inhibidores son dispositivos electrónicos que bloquean determinadas frecuencias generando “ruido blanco”, saturándolas, llenándolas de información inválida e impidiendo que las comunicaciones reales lleguen a su destino. En esencia, lo que hacen es emitir una señal más potente, que impida que se oiga cualquier otra dentro de su radio de acción.
Otra definición, más orientada a la seguridad de los hogares nos la cuentan en Prosegur. Los inhibidores de señal son aparatos que emiten ondas de radio en las mismas bandas de frecuencia que el dispositivo al que intentan aislar. Usan la energía suficiente para dominar el espectro de onda y, de esta forma, inutilizar nuestro dispositivo. Como consecuencia, una alarma inhibida no será capaz ni de detectar una intrusión, ni de dar el aviso correspondiente.

Hablando de los inhibidores, muchos no somos conscientes del poder de estos aparatos frente a nuestras alarmas. La mayor parte de alarmas que están en el mercado son vulnerables a este tipo de ataques. De ahí que es importante instalar no unas simples alarmas sino aquellas que cuente con un detector de inhibidores. Muchas de ellas detectan si la alarma ha sido bloqueada por un inhibidor y envían una señal a la central a través de internet y allí ya toman las medidas necesarias para que, en caso de que exista una intrusión, minimizar el riesgo con acciones que se incluyen dentro del protocolo de emergencias.
Existen distintas variedades de inhibidores de frecuencia. Estos pueden afectar al 4g del móvil o a la de wifi, a los radares, al GPS y a los mandos de coche. También existen inhibidores de alarmas o de radiofrecuencia. En definitiva, existen inhibidores para cualquier aparato que utilice ondas.
Uno de los grandes problemas es que conseguir estos dispositivos es muy sencillo gracias a Internet. Numerosas webs se dedican a ello y se pueden encontrar inhibidores de todo tipo con un mínimo esfuerzo y a un coste bajo.
Muchas de ellas aseguran que la compra de un inhibidor es legal si se utiliza para proteger sus pertenencias. Pero esto no es así. En España y en la mayor parte del mundo es ilegal utilizarlos por ciudadanos sin autorización.
Los inhibidores de frecuencia, inhibidores de telefonía móvil, inhibidores de comunicaciones y todo tipo de inhibidores que interfieren, dificultan o entorpecen las comunicaciones, no pueden ser importados, puestos a la venta, llevar el marcado CE, ni pueden ser utilizados en todo el territorio español, salvo las excepciones.
Sólo pueden ser usados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Administraciones Públicas autorizadas, por lo que, en la actualidad, todos aquellos que se estén utilizando fuera de esta excepción, y sin la autorización expresa de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, se encuentran al margen de la legislación vigente, pudiendo aplicarse, en consecuencia, previa denuncia, el correspondiente régimen sancionador por parte del organismo competente.
Las sanciones a las que nos exponemos en caso de no hacer caso a esas palabras, recogidas en la Ley General de Telecomunicaciones, van desde los 500.000 euros en el caso de que se considere una infracción grave e incluso hasta los 20 millones de euros en el caso de que se declarase como una infracción muy grave.


Volviendo a lo que de verdad nos importa que es nuestro hogar y nuestra familia, lo primero que hay que saber es que, por el momento, nadie podrá garantizar una completa seguridad. Cada día se mejora en los sistemas y dispositivos para atajar la puesta al día tecnológica de los ladrones.
La realidad es que la mayoría de las personas compramos un sistema de alarma por la influencia de la publicidad, miedo o urgencia y si a esto le añadimos la falta de conocimiento sobre el tema y que queremos invertir cuanto menos dinero mejor en instalar un sistema de alarma se producen situaciones que no nos protegen.
Hoy en día, para contrarrestar el efecto de los inhibidores de frecuencia hay que contar con un sistema de alarma conectado a Internet y tener, además, un sistema eléctrico de apoyo. Todo esto tiene que ser completado con otras medidas de seguridad de variada índole, como detectores perimetrales, cerramientos de seguridad, cámaras de vigilancia, etc.
En angelolleros.com se hace una reflexión bastante interesante y que reproducimos a continuación:
“Si pagas 120 y se recibe 100 se está malgastando 20 pero, por el contrario, si se paga 80 cuando se necesita 100, posiblemente se esté despilfarrando 80. En seguridad es más aconsejable elevar los requerimientos que quedarse corto.”


Por tanto, adquirir las mejores prestaciones al mejor precio posible es la compra más inteligente en soluciones de seguridad.
Y acaba diciendo algo de suma importancia: La compra inteligente engloba al producto y protección, obsolescencia y a la experiencia de compra, aspectos muy descuidados tanto por los consumidores como por los vendedores del siglo pasado.
Opiniones de lo más sensatas y racionales que recomendamos leerlas en su totalidad en el enlace anterior.