Hace poco que hemos empezado a oír este nuevo concepto de ciudad. Habíamos oído hablar de las ciudades más habitables, más amables, mas verdes, pero ciudades esponja, no. Y ahora vamos a explicar en qué consiste este nuevo concepto.
Partimos de la base de que cada año que pasa, las ciudades grandes son todavía mucho más grandes. Donde había unos pocos millones de personas -que no son pocas- y parecía que ya no iba a caber más siguen creciendo y creciendo y llegan hasta duplicarse. Esto conlleva multitud de problemas y el agua es uno de ellos. El agua es un problema como tantas cosas en la vida: tanto por defecto como por exceso.
Ahora, todo esto está más agudizado por el cambio climático. Incluso aquí, en España, lo que antes eran lluvias normales ahora son muy habituales de forma torrencial que originan enormes pérdidas económicas y, lo que es peor, humanas. Cada vez vemos más noticias sobre inundaciones y desgracias personales. También hemos sufrido épocas de sequía con verdaderos problemas para abastecer de agua a los hogares de las ciudades, con cortes en el suministro, problemas de higiene, etc.
Contra todo esto es contra lo que quiere luchar el concepto de ciudad esponja: gestionar de una manera eficaz el agua de la lluvia y aprovecharla para que cada gota pueda ser drenada de una manera natural, controlada y reutilizada. De esta manera cuando se desate una tormenta sobre una ciudad esponja, esta tendrá que absorber tanta agua como sea posible para evitar una inundación que originaría unos daños imprevisibles y reutilizarla para no seguir consumiendo esa agua que se obtiene de una manera natural, como ríos, lagos, agua subterránea, etc., que se puede dedicar al riego o a agua no potable como el agua de los baños o para riego.
Quienes se están tomando esto más en serio lo de las ciudades esponja es el gobierno de China, que tiene el ambicioso objetivo de conseguir en el año 2030 que el 80% de sus áreas urbanas absorba y reutilice al menos el 70% del agua de la lluvia.
El incremento de la población china hace que Shanghai -con 17 millones de habitantes-, Nanjing -casi 7 millones- y Wuhan -mas de 6,5 millones- sean tres ciudades importantes chinas que sufren cada año las inundaciones que les obligan, casi casi, a paralizar su actividad. Pero son solo tres de las casi 100 ciudades de ese país con más de un millón de habitantes y que son afectadas igualmente por las inundaciones urbanas. En 2012 afectaron a 184 ciudades, mientras que en 2013 alcanzaron las 214 ciudades. De ahí que el gobierno haya tomado este proyecto como una prioridad absoluta.
Su altísima densidad de habitantes en sus ciudades les ha hecho acometer este proyecto, aunque ya antes, en Alemania y Estados Unidos, por ejemplo, ya han tenido alguna iniciativa en este sentido, pero tan solo de una manera parcial. Lo interesante del proyecto chino es que lo quieren hacer a lo grande y para ello piden que los sistemas de drenaje sean uno de los principales objetivos en la construcción y remodelación de las ciudades. El sistema de alcantarillado se ha quedado obsoleto.
La mayoría de las grandes ciudades partieron de otras que en su origen fueron pequeñas y que con un sistema de alcantarillado básico podían dar servicio con gran esfuerzo a las necesidades de sus habitantes. A medida que fueron creciendo se enfocaron mucho en crecer hacia arriba, la ciudad vertical, pero no se ocuparon mucho de crecer hacia abajo. Así el sistema de alcantarillado cada vez se fue haciendo más obsoleto y en consecuencia, el sistema de drenado no estuvo al servicio de una ciudad más habitable y mas amigable. Los rascacielos que se ven en las ciudades mas populosas del mundo dan buena fe de lo que estamos diciendo: son de bella factura, con diseños impecables, pero que adolecen de un proyecto común para hacer un sistema de drenado acorde con la gente que va a vivir en ellos.
Esto nos recuerda a una ciudad española de provincias, de 200 000 habitantes que, donde había un parque privado se construyeron unas torres altísimas y decían que, si todos sus vecinos se pusieron de acuerdo y tirasen de la cisterna del baño al al mismo tiempo, reventarían las alcantarillas de la ciudad. Gracias a Dios nunca se produjo tal acuerdo entre los vecinos, pero solo con pensarlo se nos pone mal cuerpo.
Otro de los grandes problemas es que la urbanización de las ciudades ha dado lugar a grandes áreas cubiertas con materiales impermeables, como el asfalto, que impide que el agua drene hacia el suelo, hacia la tierra. De esta manera, la urbanización mal diseñada de una ciudad impide la escorrentía de las aguas pluviales que, al no poder ser drenadas, tiene que permanecer en la superficie y con un poco más de agua y un poco más de tiempo se convierte en una gran inundación. Además del sistema de drenaje en el suelo, se quiere aprovechar los tejados y azoteas de los edificios para este objetivo. Por último, queremos recoger las declaraciones del decano de la Universidad del Colegio de Arquitectos de Pekín, el señor Kongjian Yu “una ciudad esponja es aquella que puede sostener, limpiar y drenar el agua de una manera natural utilizando una aproximación ecológica”.