¿Te has preguntado alguna vez cuánta naturaleza gastas para vivir tu estilo de vida?
La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.
Por lo tanto, la huella ecológica es un indicador de sostenibilidad que mide el impacto que tiene nuestra vida sobre el entorno. De hecho, numerosas páginas calculan esa huella. A lo largo de este artículo te las iremos mostrando para que tú también puedas realizar ese cálculo e ir tomando decisiones.
Antes, los parámetros macroeconómicos se medían a través del PIB, el Producto Interior Bruto. Pero todo esto está cambiando porque se introducen otros métodos para medir “la riqueza” de un país. Es muy famoso el FNB, que es la Felicidad Nacional Bruta, un concepto que sacó a la luz Bután, un pequeño país a los pies del Himalaya, entre la India y China –las dos naciones más pobladas del mundo- y que ya habíamos sacado en este blog hablando de que, entre los más de doscientos países que configuran el mundo, solo BUTÁN es neutral en emisiones de dióxido de carbono.
La huella ecológica es un indicador de sostenibilidad que mide el impacto que tiene nuestra vida sobre el entorno
Como vemos, cada vez más el mundo está tomando más conciencia sobre la sostenibilidad del medio ambiente y muchas veces, los individuaos, a título personal, no tenemos la suficiente información como para hacer más cosas y profundizar en los procesos que nos pueden llevar a aumentar esa sostenibilidad,
Puede que no nos demos cuenta, pero en nuestra vida estamos haciendo cosas, o comprando productos y servicios que afectan a nuestra naturaleza. Si lo vemos más detenidamente, nos daremos cuenta de que el consumo define de una manera muy importante en qué tipo de ambiente social nos movemos.
Nuestros actos de compra no se deben reducir únicamente a satisfacer una necesidad, sino que debe regirse por una serie de puntos como son unos criterios medioambientales, sociales y económicos. Es cierto que, muchas veces nos resulta adquirir un producto que contenga todos esos puntos positivos, pero si, por lo menos, podremos apuntarnos a los que sean menos negativos.
- Es importante conocer las empresas que hay detrás de cada producto o servicio para ver su implicación en el respeto al medio ambiente o los derechos humanos.
- Educarnos y educar en el consumo ético, responsable y solidario.
- Decidirnos por un tipo de consumo: consumo justo, el que establece una relación comercial y justa entre los productores y consumidores.
Como se ve, apuntan a una implicación social para modificar aquellos hábitos que no respeten la sostenibilidad. Como el impacto ambiental, calcular huella ecológica para saber en qué situación estamos y qué debemos mejorar, cambiar o anular.
El concepto de huella ecológica es relativamente moderno. Su lugar de nacimiento fue la Universidad de Columbia donde Mathis Wackernagel y William Rees empezaron a hablar de la huella ecológico como una herramienta que permite saber los recursos que utilizamos y lo que, en realidad, deberíamos utilizar. En este video vemos a Mathis Wackernagel hablar de la huella ecológica, y en este otro video vemos una animación muy didáctica sobre este mismo tema. "Es recomendable ver ambos, aunque avisamos que están en inglés".
Una ciudad como Bilbao necesitaría cien veces su territorio para equilibrar el impacto de su huella ecológica
Otra gente matiza más todavía la definición de huella ecológica y, por ejemplo, en www.ecologia.com la define como el total de superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de estas superficies.
En esta página exponen, además, la filosofía para el cálculo de la huella ecológica que son tremendamente interesantes por cómo desmenuzan todos los parámetros que tienen incidencia en el posterior cálculo de la huella ecológica. Además, incorporan otro concepto: el de la biocapacidad de un territorio, que se define como la superficie biológicamente productiva (cultivos, pastos, mar productivo o bosque) disponible. La diferencia entre la huella ecológica (demanda de recursos) y la biocapacidad (recursos disponibles) se define como déficit ecológico.
La página es realmente interesante y vale la pena echarle un ojo para tener un conocimiento más amplio de este tema.
Consumiendo agua de manera responsable, se pueden ahorrar 3.000 litros al año por persona
En Facua han escrito un folleto en PDF donde se tocan todos los aspectos, o casi, de cómo afectan nuestros hábitos de vida en nuestra huella ecológica. De entre el amplio folleto –más de tres páginas- destacan varios titulares o mensajes de gran importancia. Una ciudad como Bilbao necesitaría cien veces su territorio para equilibrar el impacto de su huella ecológica.
Es urgente cambiar a energías limpias (solar, fotovoltaica, eólica) pero todavía es más importante ahorrar energía.
Recomendamos leerlo para mentalizarnos sobre la necesidad de profundizar, todavía más, en como nuestras acciones, sin darnos cuenta, tienen incidencia en nuestro medio ambiente.
¿QUIERES MEDIR TU HUELLA ECOLOGICA?
En el sitio web www.tuhuellaecologica.org , una iniciativa de la diputación foral de Bizkaia, lo tienen desglosado en varios apartados:
- sobre la energía para ver cómo la empleas en el hogar.
- para calcular el porcentaje de consumo de agua.
- sobre el transporte, para que veas una estimación sobre los kms que recorres al año.
- y el último que está dedicado a los residuos, a la cantidad de basura que se genera en el hogar. "Te puedes llevar varias sorpresas".
Piden bastantes datos, pero resulta muy interesante sobre todo porque te das cuenta de la cantidad de parámetros que tenemos en nuestra vida cotidiana en referencia a lo que consumimos de nuestra naturaleza. También en la página de vida sostenible vienen estos cuatro apartados.
En ecologia verde dan una serie de consejos muy prácticos e interesantes para reducir la huella ecológica y da un dato revelador.
Por último, queremos resaltar que cada ciudadano de Estados Unidos llega a emitir 21 toneladas de CO2 al año. En España, 9,8 tn de CO2. Mientras que en Mali o Bangladesh apenas emite de media 50 y 300 kilos de CO2. Esto dice bastante del modelo de sociedad que consume más recursos y quiénes son los que deben mentalizarse más.
Entre todos, podremos mejorar nuestra huella ecológica, solo tenemos que informarnos y actuar en conciencia.