El Producto Interior Bruto (PIB) es un indicador económico utilizado mundialmente pero incompleto, ya que no refleja nuestro compromiso con el medio ambiente y el bienestar social.
La huella ecológica nace para poder diseñar políticas equilibradas que reflejen dicho compromiso. Es un indicador de sostenibilidad a nivel mundial, o en otros términos, un concepto estadístico que nos permite medir el impacto de nuestro consumo y estilo de vida sobre el planeta.
William Rees y Mathis Wackernagel, interpretan el concepto como el total de superficie ecológicamente productiva (cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático) necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de estas superficies.
El impacto de la actividad humana en la Tierra es significativo y visible con el avance de la ciencia y de las tecnologías que afecta a numerosos cambios en la esfera económica, tecnológica, social, industrial y de la cultura del medio ambiente, traduciéndose en un agotamiento de los recursos naturales. La huella ecológica tiene como objetivo, evaluar el impacto sobre la Tierra de un determinado modelo o forma de vida, y, consecuentemente, su grado de sostenibilidad.
Aunque cada vez más, el mundo está tomando conciencia sobre la sostenibilidad del medio ambiente y muchas veces, los individuos, a título personal, no tenemos la suficiente información como para hacer más cosas y profundizar en los procesos que nos pueden llevar a aumentar esa sostenibilidad.
Puede que no nos demos cuenta, pero en nuestra vida estamos haciendo cosas, o comprando productos y servicios que afectan a nuestra naturaleza. Si lo vemos más detenidamente, nos daremos cuenta de que el consumo define de una manera muy importante en qué tipo de ambiente social nos movemos.
Nuestros actos de compra no se deben reducir únicamente a satisfacer una necesidad, sino que debe regirse por una serie de puntos como son unos criterios medioambientales, sociales y económicos. Es cierto que, muchas veces nos resulta adquirir un producto que contenga todos esos puntos positivos, pero sí, por lo menos, podremos apuntarnos a los que sean menos negativos.
- Es importante conocer las empresas qué hay detrás de cada producto o servicio para ver su implicación en el respeto al medio ambiente o los derechos humanos.
- Educarnos y educar en el consumo ético, responsable y solidario.
- Decidirnos por un tipo de consumo: consumo justo, el que establece una relación comercial y justa entre los productores y consumidores.
Como se ve, apuntan a una implicación social para modificar aquellos hábitos que no respeten la sostenibilidad. Como el impacto ambiental, calcular huella ecológica para saber en qué situación estamos y qué debemos mejorar, cambiar o anular.
También existen una serie de medidas que ayudan a reducir la huella ecológica:
- Utilizar bombillas de bajo consumo
- Apagar la luz cuando no la necesitemos
- Crear tu propio abono con los residuos de frutas y verduras para el jardín
- Desconectar los aparatos electrónicos que no estés utilizando
- Utilizar más el transporte público, caminar o ir en bici
- Lavar la ropa en grupos grandes, una vez a la semana
- Tomar una ducha en vez de un baño
- Cerrar el grifo cuando no lo necesitemos
- Arreglar los grifos que gotean
- Aprovechar el agua de cocina para regar
El cálculo de la huella ecológica parte de los siguientes aspectos:
- Es necesario un flujo de materiales y de energía de sistemas ecológicos o de un flujo de energía directa del Sol para producir cualquier bien o servicio.
- Se necesitan sistemas ecológicos para absorber los residuos generados durante el proceso de producción y el uso de los productos finales.
- Las infraestructuras, viviendas, equipamientos… ocupan un espacio que reduce la superficie de los ecosistemas productivos.
Pero aunque este indicador integre múltiples impactos, existen otros que subestiman el impacto ambiental real que debemos tener en cuenta:
- No se contabilizan los siguientes impactos cualitativos: la contaminación del suelo, del agua, y la atmósfera (a excepción del CO2), la erosión, la pérdida de la biodiversidad y la degradación del paisaje.
- Asume que las actividades de los sectores agrícola, ganadero y forestal son sostenibles y que la productividad del suelo no disminuye con el tiempo.
- El impacto asociado al uso del agua no se tiene en cuenta, a excepción de la ocupación directa del suelo por embalses e infraestructuras hidráulicas y la energía asociada a la gestión del agua.
- No se contabilizan los aspectos que no tienen un cálculo exacto.
Debemos tener en cuenta que el 20% de la población que vive en ciudades ricas consume más del 60% del PIB mundial.
El insostenible estilo de vida de los países desarrollados no puede ser el ejemplo a seguir para el resto de comunidades, básicamente, porque no habrá recursos suficientes para todos. Debemos implantar una economía mundial sostenible, reduciendo el consumo y haciéndolo de manera responsable.
Un concepto complementario es la biocapacidad de un territorio, que se define como la superficie biológicamente productiva disponible y la diferencia entre la huella ecológica y la biocapacidad es el déficit ecológico.
Si estás interesado en medir tu huella ecológica, en el sitio web www.tuhuellaecologica.org, una iniciativa de la diputación foral de Bizkaia, lo tienen desglosado en varios apartados:
- Sobre la energía para ver cómo la empleas en el hogar.
- Para calcular el porcentaje de consumo de agua.
- Sobre el transporte, para que veas una estimación sobre los kms que recorres al año.
- Dedicado a los residuos, a la cantidad de basura que se genera en el hogar. "Te puedes llevar varias sor-presas”.
Piden bastantes datos, pero resulta muy interesante sobre todo ya que te das cuenta de la cantidad de parámetros que tenemos en nuestra vida cotidiana en referencia a lo que consumimos de nuestra naturaleza.
Fuentes consultadas:
https://superscienceme.wordpress.com/2015/01/13/el-impacto-de-la-actividad-humana-sobre-el-medio-ambiente/
https://www.ecointeligencia.com/2011/03/que-es-la-huella-ecologica/
http://www.tuhuellaecologica.org