Hace ahora ya un año que nos dejó en un adiós inesperado Blanca Fernández Ochoa, que nos mantuvo durante mucho tiempo con incertidumbre sobre su paredero y que por desgracia nos sumió a todos en una gran tristeza tras localizar su cuerpo en la zona de Collado del Rey, al pie del pico de La Peñota, en la Sierra de Guadarrama, en Madrid.

Blanca, fue la primera española en conseguir una medalla olímpica (Bronce) en unos Juegos Olímpicos de Invierno, concretamente en Albertville, en 1992, y a punto estuvo de conseguir el oro en Calgary 88, pero una caída la privó de la gloria.

Muchos deportistas famosos han vivido estados de depresión, algunos casos recientes son el de Rafa Nadal que en un tiempo, tuvo un parón en su juego, sufría un agobio interior, no controlaba la bola ni la respiración. Otro caso, es el de Andrés Iniesta tampoco lograba mantener el control, aún a sabiendas que lo había logrado todo. Ellos lo sufrieron durante su carrera profesional pero pudieron reponerse.

Blanca Fernández Ochoa. Foto de su Instagram.

La situación se tensa mucho más cuando un deportista de élite se retira. David Cal, piragüista gallego que sigue ostentando el título de deportista español con más medallas olímpicas -cinco- contaba en unas declaraciones que cuando se retiró tuvo una etapa psicológicamente dura: "Llevas toda la vida entrenando, de repente lo dejas y te sientes mal. Me levantaba cada mañana con sensación de culpabilidad por no ir a entrenar. Poco a poco esa sensación se fue mitigando y fui entrando en la vida cotidiana. Ahora mismo suena el despertador y lo que pienso es: tengo que ir a trabajar, no a entrenar”.
Pero lo peor de todo, sin duda, es cuando un estado anímico bajo te obliga a retirarte. Es el caso de Ana Boada, bronce en el mundial de 2018 en remo de dos sin timonel, que no ha podido con la ansiedad. Cuando subió al auditorio del COE ese mismo año para recibir el Premio Remeros del año, anunció su retirada en una carta muy dramática. Cogió por sorpresa a casi todos los presentes en la gala, entre ellos al presidente del COE, Alejandro Blanco, que le ofreció su ayuda. "Anna Boada dio muchos años de su vida al deporte y éste debe estar con ella tras su retirada. Tiene todo mi apoyo y el del COE para lo que necesite en su recuperación y en esta nueva etapa en la que también dejará huella", dijo el dirigente.

Rafael Nadal. Foto de su Sitio Oficial

Pero muchos otros deportistas cuando se retiran no tienen esa ayuda, ni psicológica ni moral, como fue el caso de Blanca Fernández Ochoa.
Una pregunta podría ser ¿causa el deporte de élite más enfermedades mentales que otras profesiones? Rafael Mateos, psicólogo deportivo, reflexiona «No es la causa, pero las potencia en dos sentidos. Primero, el evidente: la presión, el miedo al fracaso, la exposición permanente a la crítica que, ahora, es aún más grave por las redes sociales...
Cuando no tienes las herramientas adecuadas para enfrentarte a todos esos estímulos, surge la ansiedad. Y ahí es donde aparece el segundo factor: la falta de apoyo en su entorno». José Manuel Beirán, también psicólogo y plata olímpica en Los Ángeles 84 afirmó: «Estos deportistas han destacado desde niños, generando unas expectativas enormes a su alrededor. Y ese pánico a fallar a todo el mundo hace que escondan lo que les sucede. Si, además, sus familiares, compañeros y entrenadores les hacen sentir mal por pedir ayuda, el estigma se perpetua. Es vital que los deportistas con problemas psicológicos entiendan que ni son bichos raros ni están locos».
Esperemos que todos los deportistas, en especial los de élite por su tremenda presión, que tan alto han llevado el pabellón de España por el mundo tengan la ayuda y protección que se merecen, por su esfuerzo y talento.
Solo nos queda recordar a Blanca Fernández Ochoa y agradecer por sabernos transmitirnos su pasión por el esquí y el deporte. ¡Descanse en paz!


Fuentes consultadas: 20minutos.es (retirada Anna Boada), lugaresdenieve.com (trayectoria de Blanca Fernández Ochoa) y El Mundo (el tabú del deportista con depresión).