En el mes de enero de hace muchos años, un taxista se vio envuelto en una historia tan divertida que le llevó a ser protagonista de un Belén Viviente.
Como nos ha contado Enrique B. El colegio de sus dos hijos se encontraba cerca de una parroquia, cuyo párroco era muy activo y organizaba siempre junto con el colegio eventos por Navidad. En aquella ocasión consistió en la interpretación de un Belén Viviente, al que como cierre llegarían los Reyes Magos.
Así nos lo cuenta Enrique:
Se presentaron tres candidatos a Melchor, Gaspar y Baltasar. Mi mujer, que siempre estaba involucrada en todas las actividades del colegio, por suerte, no me propuso como Rey Mago, pero sí se ofreció a que yo los trasladase en el taxi, ya que alquilar unos camellos, o incluso unos caballos, "no entraría en el presupuesto". Yo manifesté mi oposición, pero las palabras de mi mujer fueron::
- ¿No serás capaz de no colaborar ese día mágico?, al menos hazlo por tus hijos, que van a estar esperando con ilusión la llegada de los Reyes Magos.
Ni que decir tiene que acepté sin mayores reparos. Me dio las direcciones de las personas que harían el papel de los Reyes para ir a recogerles, todos ellos también padres de niños del colegio.
- Tienes que estar a en punto… no te retrases ni un minuto que está todo totalmente sincronizado. -Me advirtió.
Así pues, el 5 de enero del año en cuestión a las cinco de la tarde pasé a recoger a Baltasar, el primer Rey Mago de la ruta.. Llamé al telefonillo y enseguida se personó el primer voluntario, era de origen guineano, y debido a su procedencia no tuvo que maquillarse ni nada, sus vestiduras lo hacían un Rey como de verdad. Estaba todo orgulloso de su recreación, no era para menos.
Se subió en el coche y nos dirigimos a recoger a Gaspar, que ya nos esperaba en el portal de su vivienda. También se presentó muy elegante y aparente.
Nos faltaba solo recoger al último de los voluntarios, Melchor.
Cuando llegamos a su domicilio no estaba preparado, y nos encontramos con la sorpresa. Su mujer nos dice que su marido no se encuentra bien, que está indispuesto, por lo que le sería imposible ir a la representación del colegio.
Subimos al piso, y entre todos empezamos a buscar soluciones. Dada la hora que era, la puntualidad con la que teniamos que llegar, y la dificultad de encontrar otra persona que hiciese el papel de Rey Mago, no tuve más remedio que ejercer yo.
El tallaje del traje no era exactamente de mi medida y tuvimos que hacer encaje de bolillos para que me ajustase lo mejor posible. Eso si, las barbas blancas, muy logradas.
La siguiente pregunta fue: ¿qué era mejor: que nos subiésemos en otro taxi o que llevase yo el mío?
- Mejor otro taxi, asentimos todos.
Paramos un taxi, y que casualidad, el taxista era amigo mío, no pudo disimular la risa al reconocerme, estaba claro. A punto de llegar al colegio, de repente, Gaspar se acuerda y me dice:
- Y claro, tú no te sabes el texto que tienes que decir.
Como iba sentado delante me vuelvo con cara de sorpresa y apenas pude balbucear.
- ¿Qué tengo que decir? -respondí.
Me entregó un papel, no era un párrafo largo, aunque en ese monento parecía todo lo contrario. Intenté memorizarlo, pero entre los nervios no retenía bien el texto en mi memoria.
En esto, llegamos al colegio donde la algarabía era tremenda. El taxista nos abrió ceremoniosamente la puerta y ahí salimos los tres Reyes Magos.
No os podéis imaginar la cara de mi mujer –que estaba en el séquito de recibimiento a sus majestades- cuando me vio aparecer.
Nos condujeron al salón de actos, que era donde estaba el Belén Viviente y aparecimos en el escenario, en medio de una atronadora ovación por parte de niños emocionados y mayores impacientes.
Ya iba yo lanzado a poner mis regalos a los pies del niño Jesús cuando Gaspar dijo en voz alta.
- Rey Melchor, antes de entregar los presentes, di unas palabras a todos estos niños.
Me quedé mudo porque no me acordaba ni una sola palabra del texto. Pero algo tenía que decir, así que ni corto ni perezoso se me ocurrió:
"Parshen detni fimijat, kemi ardur par sejella shum iluzion dhe magji"
Todos se quedaron de piedra. Gaspar y Baltasar los primeros. Me acerqué un poco a Gaspar y le dije susurrándole al oido:
- Por favor, ahora tradúcelo.
Y dio un paso al frente, hacia la sala en la que reinaba un tremendo silencio
-Lo que os ha dicho el sabio Rey Melchor en el idioma de los magos es que los niños debéis dar ejemplo con vuestra actitud solidaria a todas las personas que tenéis a vuestro alrededor para que este mundo donde vivimos sea más agradable y más justo para todos.
Bueno, realmente no me acuerdo muy bien del texto, pero creo recordar que fue algo así.
Al final, menos mal que todo resultó un éxito.