Un buen invento te puede sacar de pobre y un invento de la leche te puede hacer hasta famoso. Nadie sabe a ciencia cierta lo que hay que tener para ser un buen inventor, pero cabe suponer que es una combinación de constancia, autoestima, formación y mucha creatividad. Al hablar de inventos en un blog de seguros, lo lógico es hacerse dos preguntas. La primera: ¿se aseguran los inventos? La otra: ¿se inventa en el ámbito de los seguros?
La contestación de la primera pregunta es: sí, sin duda. De hecho, cuanto más humilde es el inventor, más debe pensar en asegurar su invento.
Si existe seguro es porque existe un riesgo, y el riesgo fundamental de un invento es que se vea sometido a polémica. Que otros digan que lo han inventado antes, o así. Una polémica de este tipo acaba fácilmente en los juzgados, y ya se sabe que el refranero español dice eso de pleitos tengas, y los ganes.
La judicialización es siempre un engorro y un gasto y, por eso, hay expertos que señalan este riesgo como un obstáculo para que particulares y pymes se lancen a inventar: si la cosa se pone fea, carecen de los medios para aguantar el tirón. El seguro puede jugar un papel ahí, asumiendo las consecuencias de ese riesgo y haciendo que, de esa forma, el inventor piense sólo en inventar, que es lo que tiene que hacer.
Cuanto más humilde es el inventor, más debe pensar en asegurar su invento
¿Se inventa en el ámbito de los seguros?
La respuesta también es que sí. Los productos de seguro que se venden hoy en día no se parecen mucho a los que se vendían hace medio siglo, no digamos ya un siglo o más. De hecho, si el seguro no inventase, si se hubiera quedado quieto desde que fue creado, hoy apenas se asegurarían el transporte de mercancías, los incendios de las casas, las prestaciones de decesos, la vida de las personas y poco más.
Los seguros de salud, los multirriesgos del hogar, el seguro de robo, son desarrollos posteriores, invenciones de los aseguradores. Y luego está, por supuesto, el hecho de que el seguro se reinventa cada vez que se reinventan las cosas que asegura. En el siglo XIX ya existían seguros para carros de caballos, que obviamente tuvieron que adaptarse a la aparición de esa cosa llamada automóvil. Lo mismo pasó con los aviones, con la producción en masa, con los ordenadores…
Seguros de salud, multirriesgos de hogar o seguros de robo son invenciones de los aseguradores
Se podría decir, por lo tanto, que, cada vez que un invento da un paso, el seguro da el siguiente.