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    06/06/2019 (actualizado: 28/04/2023)

    Gestión de tráfico con los drones de la DGT

    Los drones son unos aparatos que empezaron como juguetes -más o menos- y cada vez se van ampliando a nuevos sectores de la más diversa índole. Ahora les toca el turno a los servicios de vigilancia de la Guardia Civil de Tráfico. La explicación que da la Dirección General de Tráfico es que hay que evolucionar: “Son nuevas tecnologías que se pueden aplicar a la seguridad”. Y ya sabemos que cuando hablamos de seguridad viaria toda aportación es bienvenida.

    A mediados del año pasado se inició la primera fase de pruebas con cinco drones que vigilaron las carreteras. En este video de la DGT que podemos ver en su revista nos explican sus objetivos y su funcionamiento. Como norma general, estos drones siempre permanecen en los laterales de las carreteras, porque la idea es que nunca estén por encima de los vehículos, entendemos que para evitar incidentes.

     

    “Son nuevas tecnologías que se pueden aplicar a la seguridad”.

    La autonomía de estos drones es de poco menos de media hora y su altitud máxima es de 600 metros y son prácticamente indetectables porque son tan pequeños que a esa atura no se pueden distinguir ni llaman la atención. También permiten una reducción muy importante de los costes en las operaciones de vigilancia. Contribuirá a un mejor servicio y cobertura en operaciones especiales, una mejor protección de los colectivos más vulnerables como los ciclistas y más elementos indispensables para una mejor gestión del tráfico. En un principio solo estarán en la Red de Carreteras de Estado. Eso quiere decir que no sobrevolarán carreteras ni del País vasco ni de Cataluña porque esas competencias les han sido transferidas.

    Sobre la Red de Carreteras del Estado se están dedicando muchos estudios, porque mucha gente opina que, desde la crisis de 2008, en que se redujeron las inversiones en la revisión y arreglo de carreteras, el firme de estas presenta un mal estado ostensible. Un estudio realizado por el Programa EuroRAP, del que uno de los miembros es el RACE, se analiza el nivel de riesgo en las carreteras que forman parte de la Red de Carreteras de Estado (RCE). De un total de 24.805 km analizados, el estudio afirma que hay un alto nivel de peligrosidad en 3.264 km, lo que supone un 13,2 % del total.

    Este dato, aún de ser peligroso, es mejor que el dato del estudio de 2015 que era del 14%. La DGT afirma que esto es cuestión de los presupuestos generales del Estado y que su actividad, que nosotros la consideramos encomiable, es gestionar de la mejor manera el tráfico y reducir los accidentes sobre todo aquellos que conllevan víctimas mortales.

    Por eso, la novedad de estos drones es que permiten a la DGT la vigilancia en carreteras y conductores en tiempo real. Es decir, el agente de Tráfico podrá comprobar desde el receptor si un automovilista lleva puesto el cinturón de seguridad, si está adelantando por un lugar indebido o si viaja hablando por el teléfono móvil. Los drones pueden desplazarse hasta 15 kilómetros en línea recta, una distancia suficiente para poder controlar un tramo de carretera lo suficientemente amplio.

     

    Los drones pueden desplazarse hasta 15 kilómetros en línea recta

    Algunos modelos de drones disponen, además, de una función que permitirá a la DGT realizar el seguimiento a vehículos concretos. Se trata del sistema Active Track, por el que el usuario puede señalar en la pantalla del mando receptor a una persona o un vehículo y el dron realiza automáticamente el seguimiento desde el aire. Estos drones son un complemento a los helicópteros Pegasus que han hecho una labor muy positiva en el control de la seguridad viaria.

    La DGT ofreció en 2016 datos sobre cuánto multaban los radares Pegasus: en sus tres primeros años de vida tramitaron 18.274 denuncias, más de 6.000 al año. En vías limitadas a 120 km/h, la velocidad media a la que circulaban los conductores denunciados era de más de 28 km por encima a la estipulada. La velocidad máxima detectada y denunciada en este tipo de vías fue de 242 km/h. En vías limitadas a 100 km/h, por su parte, la velocidad media de los conductores denunciados fue de 130 km/h y la velocidad máxima detectada y denunciada fue de 195 km/h. Asimismo, en las vías limitadas a 90 km/h, la velocidad media a la que circulaban los conductores denunciados era de 122,7 km/h, es decir, 33 km por encima de la velocidad estipulada en la vía. En estas carreteras limitadas a 90 km/h, la velocidad máxima a la que fue interceptado un conductor fue de 199 km/h.

    En las vías limitadas a 90 km/h, la velocidad media a la que circulaban los conductores denunciados era de 122,7 km/h.

    En concreto, con la reciente aplicación de la nueva limitación de velocidad a 90 km /h en vías interurbanas, la DGT ha publicado varios videos en los que explica porqué ha reducido esa velocidad.

    Una de las razones es por la distancia de frenado y lo explica en este video que, como es lógico, recomendamos ver con detenimiento para comprender los porqués de esta nueva normativa. Ya nos hemos hecho eco reiteradas veces de la revista digital que edita la DGT. Nos parece un formato muy moderno y su contenido es de una gran actualidad. En este número hablan de la velocidad en las vías interurbanas y ponen numerosas ilustraciones que nos muestran los diversos comportamientos de los conductores. También es recomendable ver este video donde se nos habla de las más de mil muertes en carreteras convencionales, las de doble sentido. Es decir, tres de cada cuatro muertes en accidentes de tráfico se producen en este tipo de carreteras.

    La concienciación y la observancia de esta normativa es la mejor ayuda para que las vías españolas sean cada día más seguras y con menos accidentes. De esto, nos beneficiaremos todos.

     

    Nueva llamada a la acción