Los funerales son un reflejo de las creencias y valores de cada sociedad. A lo largo de la historia, la humanidad ha desarrollado diferentes rituales para despedir a sus seres queridos, buscando dar sentido a la muerte. Desde las antiguas momificaciones en Egipto hasta los entierros ecológicos actuales, la evolución de estas ceremonias ha ido cambiando paulatinamente hasta poder planificar una despedida personalizada gracias a los seguros de decesos.
Los Neandertales. Las primeras prácticas funerarias datan de hace más de 60.000 años, cuando enterraban a sus muertos acompañados de flores y cuernos de animales, como muestra de respeto y reverencia hacia la muerte.
Los sumerios. Con el paso del tiempo, las ceremonias se volvieron más complejas. Los sumerios, hacia el 3.000 a.C., enterraban a sus muertos bajo la tierra para facilitar su tránsito al inframundo, que suponían que estaba situado debajo de la tierra y así hacer más corto este viaje.
El Antiguo Egipto. La creencia en la vida después de la muerte llevó a la creación de elaborados procesos de momificación y tumbas llenas de tesoros y alimentos para el más allá. El ejemplo más icónico es la máscara funeraria de Tutankamón, que simboliza la importancia de la vida eterna en esta civilización.
Roma. En la cultura romana, las prácticas funerarias eran un espectáculo público. Hasta el siglo II d.C., la incineración fue la forma predominante de despedida, especialmente entre las familias nobles. Los entierros se realizaban a orillas de las calzadas, donde los transeúntes podían contemplar las tumbas. La palabra "funeral" tiene su origen en este período: proviene de "funes", las antorchas que iluminaban los cortejos fúnebres al atardecer.
Cada cultura ha desarrollado sus propios ritos funerarios, reflejando sus creencias religiosas y filosóficas.
India: la cremación a orillas del río Ganges es una práctica sagrada que permite a los fallecidos purificar sus pecados y alcanzar la resurrección.
Tíbet: el "entierro celestial" consiste en ofrecer el cuerpo del fallecido a los buitres, simbolizando la liberación del alma del ciclo de reencarnación.
Vikingos: los líderes eran enterrados en barcos junto a sus pertenencias, representando su viaje final hacia el Valhalla.
Nueva Orleans: las procesiones funerarias comienzan con música solemne y terminan en una celebración con jazz, marcando la transición del duelo a la alegría.
En el siglo XXI, los funerales han evolucionado hacia ceremonias más personalizadas y respetuosas con el medio ambiente. Una de las tendencias más destacadas es el entierro ecológico, donde los cuerpos son enterrados en ataúdes biodegradables sin productos químicos, contribuyendo a la conservación del entorno.
Además, muchas familias optan por recordar a sus seres queridos de maneras únicas, como:
Convertir las cenizas en joyas conmemorativas.
Plantar árboles en honor al fallecido.
Organizar ceremonias temáticas que reflejen la personalidad del difunto.
Estas opciones ofrecen la posibilidad de despedidas personalizadas que celebran la vida y respetan los valores de cada persona.
En España, los seguros de decesos tienen una tradición centenaria. Estos servicios surgieron como mutualidades en comunidades y gremios para asegurar una sepultura digna en caso de fallecimiento.
Hoy en día, las pólizas de decesos ofrecen una amplia gama de servicios, que incluyen entre otros:
Gestión de trámites administrativos.
Traslados nacionales e internacionales.
Gracias a estas coberturas, es posible personalizar cada detalle de la despedida, asegurando que las últimas voluntades del fallecido se respeten por completo.
Aunque pensar en la propia muerte puede resultar incómodo, planificar el funeral es un acto de amor y responsabilidad hacia nuestros seres queridos. Un seguro de decesos no solo cubre los gastos asociados al entierro, sino que también facilita la gestión de todos los trámites necesarios en momentos difíciles.
Estas pólizas permiten dejar constancia de las preferencias personales, desde el tipo de ceremonia hasta los detalles específicos, como la música o las lecturas. De esta forma, el funeral se convierte en una celebración única de la vida, respetando las creencias y deseos del fallecido.
Alivio emocional y financiero para la familia.
Cobertura de todos los gastos funerarios.
Asistencia integral en la gestión del proceso.
Posibilidad de planificar cada detalle con antelación.
Los funerales han sido, y seguirán siendo, una forma esencial de rendir homenaje a la vida. Desde los rituales ancestrales hasta las modernas ceremonias personalizadas, la humanidad ha demostrado su capacidad para adaptarse y evolucionar, manteniendo siempre el respeto por la despedida.
Hoy, gracias a herramientas como el seguro de decesos, es posible planificar una despedida que honre nuestras creencias y alivie a nuestros seres queridos, asegurando que el último adiós sea tan único como la vida que celebramos.
Para más información:
¿Por qué los neandertales y humanos entierran a sus muertos?
Ritos funerarios del antiguo Egipto.
Los ritos funerarios a través de los tiempos.