Cada vez que una aseguradora te asegura, lo que hace es comprometerse a indemnizar o reparar el daño que ocurra en el futuro. Es algo sencillo de formular pero difícil de delimitar, por eso es necesario que existan las exclusiones. Te explicamos por qué son importantes y cómo te afecta su existencia.
Por ejemplo: imaginemos que quieres contratar un seguro que te cubra el riesgo de caerte por unas escaleras. Parece fácil: siempre que vayas por unas escaleras y te caigas, tu contrato de seguro te indemnizará. Pero, ¿y si vas bajando las escaleras con patines?
Ahí está la clave. En términos generales, puede decirse que, dentro del riesgo que cubre un seguro, debe quedar claro qué es lo que no se cubre, es decir, cuáles son las exclusiones en seguros. Por ejemplo, si tu asegurador no quiere asegurarte para el caso de que vayas bajando las escaleras con patines, por considerar que es una práctica demasiado peligrosa, deberá decirte en el contrato que, si vas con patines, no te cubre. Deberá delimitar qué es lo que entiende por riesgo de caerse por las escaleras. Porque si no te lo dice, podría estarte cubriendo ante la posibilidad de que te caigas por las escaleras incluso aunque las bajes patinando.
Este principio existe para defender al cliente, que de otra forma no podría estar seguro de qué le cubre exactamente su seguro. Pero también es el responsable de que muchos contratos de seguro sean tan puntillosos al describir sus coberturas. Para el asegurador, tan importante es describir bien qué cubre como qué no cubre. Y para ti debe ser igual de importante.
¿Qué son las exclusiones en seguros?
Las exclusiones de un contrato de seguro son aquellas cláusulas o condiciones del mismo en los que el asegurador describe lo que no está cubriendo y por lo tanto delimita el riesgo. La legislación de contrato dice que tiene que incluirlas en el condicionado de forma que estén destacadas, que no se pierdan a la vista de quien lea el documento.
En un contrato de seguro tan importante leer las coberturas como leer las exclusiones del seguro. Piensa en el seguro como en una lavadora (suponiendo, claro, que sepas cómo funciona una lavadora). Cuando vas a comprar la tuya y quieres que sea secadora, ¿te fijas en si los aparatos lo son, o lo dejas todo al azar de que el que finalmente elijas resulte ser también secadora? Cada vez que alguien, en una tienda de electrodomésticos, le pregunta al dependiente por las características de cada lavadora está, de alguna manera, preguntando sobre lo que hace cada lavadora, y sobre las exclusiones que tiene; las cosas que no hace.
El consejo es claro: nunca compres un seguro sin tener claras dos cosas: qué te cubre y qué no te cubre. Tenlo claro desde el principio, y te garantizarás no tener sorpresas desagradables. Ahora que ya sabes qué son las exclusiones en los seguros, te dejamos el siguiente post para conocer otras recomendaciones que debes tener en cuenta antes de contratar cualquier tipo de seguro.