Ciudades como Pontevedra, que se convirtió en ejemplo mundial de ciudad saludable y movilidad sostenible, Copenhague, capital verde europea 2014, y Ámsterdam, la más sostenible del mundo, han transformado sus espacios públicos para hacerlos más amigables para peatones y ciclistas. Ampliaron aceras, crearon zonas peatonales exclusivas y desarrollaron una extensa red de carriles bici para que caminar y andar en bicicleta no solo sean opciones más seguras y atractivas, sino que también mejoren la calidad de vida urbana al reducir el ruido y la contaminación del aire.
Políticas de incentivos a los ciudadanos
Para incentivar el uso del transporte activo, muchas ciudades como París, con su programa “Velib” creado en 2007, ofrecen bicicletas públicas a precios muy asequibles. Los programas comunitarios también juegan un papel crucial. Iniciativas como las “escuelas caminables” que promueven varias ciudades españolas para que los niños vayan a pie a la escuela, no solo fomenta hábitos saludables desde una edad temprana, sino que también reduce el tráfico en horas punta.
En ciudades como Bogotá, las ciclovías dominicales cierran 122 km de calles al tráfico de vehículos, permitiendo que las personas disfruten de estas vías de manera segura y recreativa. Esta iniciativa ha tenido tanto éxito que más de 400 ciudades se han sumado, en mayor o menor medida, a esta estrategia. También, en muchas ciudades se facilita llevar bicicletas en trenes y autobuses, creando un sistema de transporte multimodal eficiente.
Infraestructura segura y accesible
Para aumentar la seguridad vial, las ciudades han invertido en infraestructuras que protegen a los peatones y ciclistas, como intersecciones elevadas, pasos de peatones bien señalizados y luces de tráfico dedicadas para ciclistas. La creación de calles completas -aquellas en la que de manera simultánea puedan desplazarse automóviles privados, bicicletas, transporte público y peatones-, también ha demostrado ser efectiva.
Educación y tecnología
Los programas educativos son fundamentales para fomentar una cultura de transporte activo. Estas iniciativas enseñan a los ciudadanos sobre los beneficios del transporte activo y cómo utilizar de manera segura las infraestructuras disponibles. La tecnología, a su vez, juega un papel importante en el fomento del transporte activo. Aplicaciones móviles que mapean rutas seguras, sistemas de bicicletas compartidas con tecnología GPS y sensores que monitorean el uso de las infraestructuras, facilitan el uso del transporte activo y proporcionan datos valiosos para la planificación urbana.
Inconvenientes en la implementación de estrategias de transporte activo:
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Resistencia de los ciudadanos
Una de las principales barreras es el cambio de hábitos y la resistencia cultural. En muchas ciudades, el automóvil privado ha sido el medio de transporte predominante durante décadas. Cambiar esta mentalidad y convencer a las personas de que caminar o andar en bicicleta es una alternativa viable y segura puede ser un desafío significativo. También existe una percepción de inseguridad en las calles, tanto por los accidentes de tráfico como por la criminalidad.
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Reticencia de los comerciantes
Muchos comerciantes temen que la reducción de carriles para automóviles y la eliminación de plazas de estacionamiento afecten negativamente sus negocios, ya que creen que los clientes prefieren llegar en coche. Asimismo, temen que pueda complicar la logística de carga y descarga, especialmente en áreas densamente pobladas.
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Desafíos y soluciones para la promoción del transporte activo
Las condiciones climáticas extremas y el terreno complicado, como las cuestas pronunciadas y las grandes distancias entre puntos, pueden desalentar el uso del transporte activo en muchas ciudades. Además, el desarrollo de infraestructuras adecuadas es costoso y complejo, especialmente en áreas urbanas con espacio limitado y restricciones presupuestarias.
La redistribución del espacio urbano para favorecer a peatones y ciclistas requiere decisiones difíciles y, a menudo, impopulares.
El aumento significativo de usuarios de VMP (vehículos de movilidad personal) puede suponer un repunte en el número de accidentes.
Los seguros de VMP (bicicletas y patinetes eléctricos), así como los seguros de accidentes personales o seguros de movilidad personal se han creado para dar la mayor protección a todos los ciudadanos, independiente de cómo se muevan por la ciudad.
Barreras políticas y administrativas también pueden retrasar o bloquear proyectos debido a la burocracia y las múltiples negociaciones necesarias entre partes interesadas. Sin embargo, muchas ciudades han superado estos desafíos implementando políticas colaborativas y educativas, fomentando el diálogo continuo con ciudadanos y comerciantes, y planificando inteligentemente la urbanización.
Para más información:
Como dar forma a ciudades con transporte activo y público.
Plan de movilidad al centro de trabajo
Estudio sobre la movilidad sostenible y el transporte activo escolar