Los drones están irrumpiendo con mucha fuerza en unos mercados con actividades que hace unos años eran inimaginables. Ahora le toca el turno a la contaminación. Siempre decimos que lo importante es proteger el medio ambiente evitando producir elementos contaminantes y sobre todo, que vayan a la atmósfera. Pero también, se debe combatir esa presencia de elementos contaminantes para que el aire que respiramos no sea perjudicial.
¿Y cómo los drones pueden ayudarnos a reducir esa contaminación tan dañina? Hemos visto dos sistemas para reducir estas partículas contaminantes. Son dos sistemas bastante diferentes y por eso es bueno ver sus puntos fuertes.
El primero consiste en que los drones engullen las partículas contaminantes que hay en el aire, las introducen en unos depósitos y luego las llevan a tierra donde se las procesa. En el segundo sistema, los drones lanzan productos químicos a la atmósfera contaminada que eliminan esas partículas.
El primer sistema ha sido creado por unos estudiantes de ingeniería espacial de la Universidad Politécnica de Madrid. Le quieren dotar de inteligencia artificial para que el dron actúe independientemente del hombre. Así, cuando haya mucha contaminación en el aire tengan la suficiente independencia para salir sin que nadie le tenga que dar la orden, y cargar con esas partículas negativas. Y también para determinar por ellos mismos cuando la carga es la suficiente para volver a la base. Esta carga de partículas se compactaría y se produciría material para impresión 3D.
El segundo sistema tiene su origen en Asia, donde ya sabemos que numerosas ciudades tienen gravísimos episodios de contaminación. En Bangkok como en numerosas ciudades chinas, -Pekín y Shanghai han puesto una estricta limitación a nuevas matriculaciones de coches- que tienen un altísimo índice de contaminación en sus calles, se utilizan drones para combatirlos con productos químicos. Antes se realizaba con helicópteros. Los productos químicos que rocían estas partículas lo que hacen es congelarlos para que, al aumentar su peso, caigan al suelo. Estos drones pueden cargar hasta 700 k de productos químicos que permiten limpiar un área de 5 km de radio.
Los eco drones también tienen otro objetivo: el de la vigilancia. En China además de para rociar productos químicos los drones lo utilizan para vigilar las fábricas y poner multas a las empresas que infrinjan las leyes medioambientales. En china, la contaminación cada año se cobra la vida de dos millones de personas.
Esta vigilancia puede ser en tierra, el caso de China, o en el mar, como es el caso de la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) que con la utilización de los eco drones pretende reducir los vertidos y emisiones contaminantes de los barcos en las rutas con mayor tráfico marítimo. Así, el canal de la Mancha, el mar del Norte, el Báltico y el estrecho de Gibraltar serán el objetivo donde la agencia europea pondrá a actuar sus eco drones. Hasta ahora este seguimiento se realiza a través de barcos y, dada la gran superficie a monitorear era difícil de controlar las embarcaciones contaminantes. Ahora, gracias a los drones, será todo mucho más fácil e, incluso, se podrá seguir a determinados barcos que sean sospechosos de realizar vertidos tóxicos en el mar.
Cada día encontramos nuevas formas de combatir la contaminación. Todas sean bienvenidas.
Fuentes consultadas: Dronopedia (Drones contra la contaminación), twenergy (Drones para medir la ontaminación) y todrone (Drones para acabar con la polución)