Las vacaciones son algo imprescindible para sobrellevar de la mejor manera el trabajo diario del resto del año. Pero esos días de asueto pueden ser una perdición para nuestra forma física y más o menos en nuestro peso.
No estamos hablando de esos deportistas natos a los que no les importa donde estén y ni siquiera el tiempo que hace para practicar ejercicio. Aunque llueva chuzos de punta y mientras tengan un sitio mas o menos en condiciones siempre encontrarán esa hora para seguir con sus ejercicios.
Por lo tanto, este artículo no va dirigido a ellos sino a todos nosotros que estamos luchando continuamente para mantenernos en forma y que, cuando llega el verano, encontramos en verdadero peligro de tirar por la borda todo el esfuerzo realizado durante el resto del año.
El español medio engorda de tres a cinco kilos en su periodo vacacional, sin tener en cuenta a aquellos que somos propensos a engordar.
Cuando salimos de nuestro lugar habitual de residencia para disfrutar de unas vacaciones bien merecidas, puede que nos encontremos descolocados y con serios problemas para hacer ejercicio de una manera cómoda.
Uno de los problemas en estas circunstancias es que encontramos las mejores excusas para abandonar los objetivos y disfrutar de “los placeres mundanos” que tan mal se llevan con lo de mantenerse en forma. Placeres mundanos como tumbarnos en la playa y tomar nuestros aperitivos de rigor correspondientes; salir a comer o a cenar y no privarse de algún capricho; tomarse helados porque el tiempo así lo pide. El plan normal que se hace cuando estamos de vacaciones.
Sobre todo, lo peor es perder la rutina. Si teníamos una preestablecida y todos los días -o con la frecuencia que hubieramos previsto- nos poníamos a hacer ejercicio, puede que si nos vamos de vacaciones la perdamos totalmente. Y hay algo todavía mucho peor que perder esa rutina: encontrarla al volver a la vida normal. Puede que nos cueste horrores recuperarla y eso va en detrimento de nuestros objetivos para mantenernos en forma y en el peso correcto.
Por eso, a continuación vamos a plantear unas sugerencias para seguir haciendo ejercicio durante las vacaciones.
SI ELEGIMOS PLAYA:
La playa es el destino vacacional de muchos españoles. A muchos nos gusta el sol y queremos disfrutarlo en su mejor época: la estival. Además con la cantidad de playas hermosas que tenemos a lo largo de todo el litoral, cuando disfrutamos del sol también disfrutamos de su entorno.
La natación es el deporte más sano que existe. Aunque hay que tener especial cuidado en las playas, pantanos o ríos por la peligrosidad de sus corrientes o de otras circunstancias. Nadar durante un rato es un ejercicio excepcional. Y si cada dia aumentas un poco el tiempo de braceo, estarás divirtiéndote y además, manteniéndote en buena forma.
Además de la natación están otras actividades relacionadas con el mar como por ejemplo el surf: si sabes practicarlo, y vas a una playa con olas, es apasionante Si no sabes, puede ser el momento ideal para aprender. El paddel board también es divertidísimo. Si no hay olas este deporte te permite deslizarte sobre las aguas impulsado por un remo. Un deporte muy de moda últimamente en las playas españolas.
También está el esquí acuático, sin duda muy excitante, pero ya se necesita un equipo que quizás no estén al alcance e todos: motora fuera borda, esquíes, etc. Y no nos olvidemos del buceo, bien con gafas y tubo para ver lo que ocurre cerca de la superficie o el buceo de inmersión para adentrarte en los misterios marinos. Hay que tener en cuenta que se necesita hacer un curso previo para hacer la inmersión y las primeras veces, ir con monitor.
Pádel o palas. En las playas es muy típico ver a gente jugando con palas un poco al estilo del pádel, sin dejar botar la pelota en el suelo si este es de arena lisa y dura. Es un ejercicio también divertido que te agiliza los reflejos y consume bastante energía, que nos anima además a darnos un baño nada más terminar de jugar.
Si encuentras un lugar donde jugar al pádel mucho mejor. Lo malo es que si vas solo puede que no encuentres quorum para jugar, pero la gente el padel siempre está dispuesta a echar una mano y si preguntas siempre encontrarás compañeros para jugar una partidita.
Muchas playas cuentan con zonas de juegos como redes para voleibol, porterías de fútbol, o canastas de baloncesto donde se puede practicar entre baño y baño. Y de paso, se puede hacer amigos.
SI NUESTRA ELECCIÓN ES LA MONTAÑA:
El primer ejercicio divertido que nos viene a la cabeza es el senderismo. Normalmente cuando elegimos montaña nos decantamos por sus parajes exuberantes y frondosos, de los que España está repleta. Todos estos parajes suelen tener ya senderos prefijados con indicaciones sobre nivel de dificultad y tiempo de andar. Estos senderos suelen descubrir parajes desconocidos y a cada cual más impresionante.
Una variación del senderismo es la escalada -el alpinismo lo dejamos para profesionales-, el descenso de barrancos y otros muchos deportes como el piragüismo -aunque este también se puede hace en la playa parece como si fuera más auténtico hacerlo en los ríos- Y si los ríos tienen rápidos ya podemos saltar de adrenalina a raudales.
Hablando de adrenalina también podemos citar el parapente, una actividad que, se realiza donde se realice, en montaña o cerca del mar, siempre será espectacular. Si te atrae, quizá este verano sea el momento adecuado para decidirte.
También hay otras actividades que son independientes del mar o de la montaña. Si te gusta el golf, en España encontrarás los mejores campos para practicarlo. O si te gusta el patinaje lo podrás hacer, ya sea en un paseo marítimo o en una explanada asfaltada de cualquier pueblo de montaña. La bicicleta es otra opción muy válida y que se puede realizar con la familia. No es necesario que te lleves tu bici porque siempre encontrarás un lugar donde alquilarla. Es un paseo agradable y te da la posibilidad de descubrir cosas divertidas en tu entorno de vacaciones.
Tanto en la playa como en la montaña es época de sol por lo que es importante el cuidado de la piel para no quemarse y protegerse del calor para no deshidratarse. Las horas perfectas para hacer ejercicio son las primeras de la mañana y las ultimas de la tarde. Es conveniente no hacerlas en las horas centrales del día porque puede aparecer el golpe de calor, tan peligroso para mayores y niños.
La hidratación es básica,.lleva siempre contigo una botella de agua y si puedes, mejor un termo con agua fría y beber a menudo.
Como verás, no hacer ejercicio durante las vacaciones solo depende de nosotros, no echemos la culpa al entorno. Porque si no encontramos nada de lo que hemos comentado, siempre podemos dar largos paseos para mantener el cuerpo bien tonificado.