Un español engorda de 2 a 4 kilos de media en las fiestas navideñas según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ¿Es este tu caso?
Los excesos en las comidas de Navidad entre familiares y amigos son fatídicas para mantener el peso ideal. Si ya has bajado lo que comiste de más durante el veraneo, ahora te tienes que enfrentarte a otro reto gastronómico: las comidas de Navidad. Y hay que estar preparados para no subir de peso.
Al igual que la operación bikini te prepara para el verano, la operación navidad te debe preparar para contrarrestar los efectos negativos de tanta comida exagerada que se ponen en las casas los días de nochebuena y Navidad, las comidas de empresa, las comidas con los amigos, la despedida del año, Reyes y demás caprichos propios de estas fechas.
Esto deganar y perder peso es problemático. Mientras que ganamos peso casi sin darnos cuenta, bajarlo casi siempre es a costa de esfuerzo, disciplina y, en la mayor parte de las veces, sufrimiento.
Por eso, ahora que tenemos las Navidades a tiro de piedra, tenemos que hacer ejercicio –además de un ejercicio de reflexión- para que no nos vuelva a pasar lo de todos los años, que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en una misma piedra. Y luego vienen la lista a los Reyes Magos para que volvamos a tener un físico más o menos decente.
El ejercicio es básico, pero durante las fiestas relajamos bastante la disciplina diaria porque son días donde, normalmente, reina el caos. Y, además, si algún día bebemos algo más de la cuenta, al día siguiente no tendremos la fuerza mental necesaria para ir al gimnasio o dar nuestro paseo diario.
Si de repente te das cuenta de que el gimnasio te aburre solemnemente haz otra actividad que requiera actividad física y que también sea agradable. Como, por ejemplo, el baile. Incluso en muchos gimnasios también dan clases de bailes de salón por lo que eso ayudará a que, de vez en cuando, hagas una sesión en el gimnasio.
Seguro que conoces los consejos básicos para comer menos cualquier temporada del año –comer despacio, masticar mucho, cuidado con el alcohol, los carbohidratos, etc.-. Durante las navidades hay que considerar básicamente dos cosas. La hidratación y el azúcar.
La hidratación es muy importante. Es bien conocido el aspecto saciante del agua. Cuanta más agua bebas, menos comerás y eso es importante para no atiborrarte.
2º) Reducir el consumo de azúcar. Si durante el año tenemos cuidado de no tomar demasiado azúcar, durante esta época las tentaciones nos asaltan donde quiera que vayamos. Los postres típicos –turrones, polvorones, futas escarchadas, etc.- son moneda común en estas fechas.
Es importante hacer notar que el ejercicio da mucha energía y vitalidad. Además, cuando llevamos unos días practicándolo, nos hace más disciplinados con lo que, si superamos las reticencias de los primeros días, cuando pasa una semana lo iremos integrando entre nuestras actividades diarias y cuando antes eran excusas para no ir, ahora tiene que haber una causa de fuerza mayor para no ir.
Una buena planificación es empezar la operación Navidad a principios de noviembre. Este primer mes se recomienda hacer ejercicio 30 minuto sal día durante 5 o 6 días a la semana. La idea no es fatigarse sino fomentar el hábito de moverse. Media horita todo el mundo la aguanta, lo difícil es tener la disciplina para hacerlo casi todos los días.
Dos semanas antes hay que intensificar la actividad. Hay que tener en cuenta que a principios de diciembre hay un puente de miércoles a domingo. Los que se puedan coger el lunes y el martes, tienen una semana o diez días de vacaciones. Si se aprovechan para irse de viaje, al pueblo o a donde sea, se corre el riesgo de perder el hábito y, además, descontrolar con la comida. Mucho ojito con ese puente porque nos puede destrozar todo el ritmo y empezar a coger peso antes de tiempo.
Lo bueno en estas dos semanas anteriores a Navidad es aumentar la intensidad del ejercicio, aunque se rebaje la frecuencia a 3 o 4 días a la semana.
La semana antes de Navidad hay que darlo todo. Intensifica el ejercicio y la frecuencia.
Otro de los aspectos básicos para no coger peso en estas fiestas es el entrenamiento psicológico.
1º) la visualización. Tienes que mantener viva en tu mente la silueta con la que te sientas más a gusto. Eso te ayudará a que, cuando te desvíes de tu peso correcto, te des cuenta rápidamente de que algo estás haciendo mal. También visualízate sentado a la mesa y comer sin ansia.
2º) Aprende a decir no. A la gente le encanta insistir para que comas. Debemos prepararnos para decir “no” a ciertas invitaciones superfluas. Solo come lo que realmente te gusta. No aceptes aquellos que no sean de tu entera preferencia. En esta vida siempre hay que sacrificar algo.
Incluso, si es necesario, miente. No es una mentira negativa porque lo utilizas para tu bien. Si dices que el médico te lo ha prohibido, o que te sienta fatal –lo que deja de ser mentira-, la gente dejara de insistir.
3º) Somos lo que comemos y comemos lo que tenemos en el frigorífico. E, incluso, podríamos decir más: somos lo que compramos en el súper o en el hiper. Debemos hacer una lista y eliminar los caprichos que sabemos que no nos benefician. No debemos hacer la compra con hambre porque de lo contrario, estaremos llenando el carro de calorías.
4º) Estar muy presente a la hora de la compra. Es decir, no vayas como si fuera una rutina de coger los productos que siempre coges o te gustaría coger. El ambiente de las Navidades puede hacer que te relajes y pienses que, en una casa, en etas fechas, tiene que haber determinadas cosas que, en definitiva, son una bomba calórica.
5º) Busca alternativas a los alimentos con mayor contenido de calorías. Mira los etiquetados donde te informan de la cantidad y elige los que tengan menor contenido calórico o de grasa. Con esto, estás cuidándote.
6º) Si no quieres beber mucho vino en la comida o en la cena encárgate de ser tú el que lo sirva. Así podrás servirte una cantidad pequeña de líquido. De lo contrario, el que te sirva va a tender a servirte mucho, aunque solo sea por educación.
7º) Si te pasas, no te culpabilices. Por lo menos, disfruta de todo lo que hayas comido y al día siguiente, ponte a lechuga o cosas ligeras. Si estamos hablando de Nochebuena y Navidad, no es necesario ponerse ciego, pero sí compartir la mesa con los allegados y saborear los buenos platos que se preparan. Como son dos días seguidos, los siguientes dos días ponte a régimen. Lo que se gana rápidamente se baja también rápidamente si no dejamos que se asienten las grasas.
Ya sabemos cómo son las Navidades. Una época muy bonita y de compartir con amigos y familia. Disfrutémosla, pero que no nos pese mucho.