Hay quienes dedican la última tarde del año a preparar la cena de Nochevieja; pero hay otros que deciden invertirla en algo muy diferente como es el deporte; y no nos estamos refiriendo al deporte de subir y bajar el brazo para tomar unas cervezas con los amigos. Quienes le echan valor, además de los anfitriones de la última cena del año, son los corredores.
Hablamos de los más 40.000 runners que deciden apuntarse a la San Silvestre (la famosa Vallecana o cualquier otra de las que se celebran en España) y echarse a las piernas 10 kilómetros antes de las uvas.
Todos conocemos a un runner y deseamos que llegue sano y salvo a cenar (salvo que sea tu cuñado, el que cuenta siempre los mismos chistes malos). Lo cierto es que en una carrera pueden ocurrir muchas cosas pero, afortunadamente, para la mayoría de ellas, el runner está salvaguardado.
Todos los corredores que van con su pulserita y que tienen en mente hacer marca están inscritos. Y todos desean que la carrera transcurra con normalidad para llegar a cenar con la familia con una gran experiencia que contar.
Si esta noche tienes a un runner en la mesa, o eres tú mismo, que sepas que los inscritos en esta carrera popular corren, cada uno de ellos, junto a otro runner invisible. Con alguien que está ahí para protegerlos:
Los inscritos en esta carrera popular corren, cada uno de ellos, junto a otro runner invisible: su seguro
¡Ánimo en la carrera, y que sepas que no vas sólo! ¡Disfruta de la San Silvestre!