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Cómo las emociones condicionan nuestra forma de conducir

Escrito por MMT Seguros | 30 / abril / 2024

 

Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte y lesiones: cada 24 segundos fallece una persona en todo el mundo y, casi en su totalidad, están motivados por actitudes irresponsables de los conductores. Por eso, es importante saber qué puede llevar a los conductores a asumir posturas o conductas de riesgo cuando todos, al conducir un coche, lo que queremos es llegar sin ningún problema a nuestro destino. Cuanto más conozcamos estas actitudes más podremos dirigir esos comportamientos hacia conductas más seguras y responsables y, por tanto, menos siniestralidad.

 

Conducir bien es mucho más que no tener accidentes

La conducción es una actividad cotidiana que implica mucho más que el simple manejo de un vehículo. Es un complejo entramado de decisiones, reacciones y emociones. Es decir, nuestro comportamiento influye en nuestra forma de conducir y entran en juego diversos factores psicológicos como son nuestras emociones. Otro punto importante es cómo gestionamos esos comportamientos negativos. 

 

La influencia de la psicología al volante

La psicología al volante juega un papel crucial en nuestra forma de conducir. Nuestra personalidad, estado de ánimo y percepción del riesgo afectan a nuestras decisiones al volante. Por ejemplo, una persona con tendencia a la impulsividad puede ser más propensa a exceder los límites de velocidad o realizar maniobras arriesgadas. Del mismo modo, existen personas que pueden sobrestimar sus habilidades de conducción. Las que tienen un alto nivel de confianza en sí mismas puede llevarlas a tomar riesgos innecesarios en la carretera, como conducir a altas velocidades, ignorar señales de tráfico, o realizar maniobras peligrosas, creyendo erróneamente que pueden manejar cualquier situación que surja. Esta sobreestimación de las habilidades personales puede aumentar el riesgo de accidentes

 

Factores psicológicos que influyen en la conducción

Diversos factores psicológicos, como el estrés, la fatiga y la ansiedad, pueden alterar nuestra capacidad de conducción. El estrés, en particular, puede llevar a una menor concentración y a reacciones más lentas. La fatiga reduce las reacciones y provoca sueño. La ansiedad podría llevar a una conducción indecisa o excesivamente defensiva. Una precaución excesiva, aunque puede parecer beneficiosa, a veces contribuye a situaciones de tráfico imprevistas o accidentes.

 

El papel de las emociones

Las emociones tienen un impacto significativo en cómo reaccionamos a diferentes situaciones al conducir:

  • La ira o la frustración pueden llevar a la conducción agresiva, mientras que la tristeza o la preocupación pueden disminuir nuestra atención en la carretera.
  • La alegría puede llevar a una conducción descuidada, aunque generalmente se consideran positivas.
  • La excitación puede llevar a los conductores a subestimar los riesgos y a exceder los límites de velocidad.
  • El miedo puede llevar a una conducción excesivamente cautelosa, lo que pone en situación de peligro a otros automovilistas.

 

Estrategias para controlar comportamientos negativos

Es vital desarrollar estrategias para manejar comportamientos negativos al volante. Las técnicas de relajación con sus ejercicios pueden ayudar a calmar la ansiedad y el estrés. Los descansos regulares, como recomienda la DGT, son importantes para evitar la fatiga y mantener la mente fresca. Limitar las distracciones y mantener permanente la atención puesta en la carretera es quizás la más importante.

Además, es importante establecer buenas prácticas de conducción y reconocer cuándo no estamos en el mejor estado para conducir y buscar alternativas, como pedir a alguien que conduzca o utilizar transporte público.

 

Campañas educativas y de concienciación

Las campañas de concienciación deben enfocarse en educar sobre los peligros de los comportamientos de riesgo y promover prácticas de conducción seguras. Estas campañas deben ser inclusivas y comprensibles para todo tipo de público, utilizando ejemplos cotidianos y evitando jerga técnica. Es una técnica que utiliza constantemente la DGT en sus acciones divulgativas.

También es importante mencionar que actualmente ya se está impartiendo en los colegios españoles la educación vial como una enseñanza obligatoria, transversal, competencial y flexible, con un objetivo evaluable, específico y obligatoria para todos los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato.

 

La psicología y las emociones juegan un papel fundamental en nuestra manera de conducir. Entender y gestionar estos factores psicológicos no solo nos convierte en mejores conductores, sino que también contribuye a la seguridad vial junto con otros factores igualmente importantes como cuidar el mantenimiento del coche y estado general, así como tener un buen seguro de coche para estar protegido cuando surjan esas situaciones imprevistas no deseables, que no necesariamente tienen que ser derivadas de accidentes sino también originados por inclemencias climatológicas u otras circunstancias imprevistas.