Las ciudades están dando un vuelco importante en los comienzos del siglo XXl. En este blog hemos hablado ya de las ciudades esponja, las ciudades saludables, etc. Ahora el calificativo inteligente, que se está aplicando a muchas cosas -coches inteligentes, carreteras inteligentes, casas inteligentes…- tenía que llegar a las ciudades, más conocidas por su nombre en ingles: smart city.
Si buscamos una definición diremos que es una ciudad donde se aplica la tecnología de la información y la comunicación -la famosa TIC- para una mejor calidad de vida de sus habitantes, de sus empresas y de sus instituciones.
Obviamente, las ciudades que más están avanzando en este concepto son las grandes urbes, las que podemos denominar “megaciudades”.
España se ha caracterizado por apuntarse desde muy pronto a las ciudades inteligentes. Existen muchos rankings que evalúan las ciudades bajo el concepto de “inteligente”. En la lista mundial elaborada por el IESE Business School- Universidad de Navarra aparecen Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga, La Coruña, Sevilla y Bilbao, en ese orden.
Barcelona se sitúa en la posición 33. Sus objetivos prioritarios se basan en tres puntos: social, económico y urbanístico, con especial interés en el aspecto turístico. Inmediatamente después está Madrid, en el puesto 34 y se le reconoce la creación del primer espacio Integrado Inteligente (EII) de España, y su objetivo es mejorar la integración social a través de la accesibilidad en el ámbito empresarial, industrial y de servicio. Valencia está en el puesto 49 y destaca por su plataforma tecnológica denominada VLCi.
Málaga, que está en el puesto numero 58, con su proyecto de integrar las energías renovables a la red eléctrica, consiguió un ahorro de energía del 25% y reducir las emisiones de CO2 el 20%. La Coruña. Se sitúa en el puesto 60 debido a su plataforma web que permite observar entre otras cosas, la posición en tiempo real de los autobuses y el volumen de los embalses. Y Sevilla, en el puesto 67, ha logrado mejorar la calidad del agua y optimizar los recursos y el dinero invertido en toda la red. Otro objetivo es ahorrar energía a través de las TIC.
La última de estas siete ciudades españolas, Bilbao, está en el puesto 69. Además de recibir varios premios, su aspecto más destacado es el análisis de datos para crear una gestión administrativa más eficiente al servicio de los ciudadanos.
En esta misma lista, las primeras posiciones son para Copenhague, aunque en otros rankings aparece Berlín o Nueva York en las primeras posiciones.
Estos cambios en las posiciones dependiendo de una lista u otra se deben a los indicadores en que se basan esos estudios, pero todos van enfocados a la facilidad que tienen los ciudadanos por ejemplo al acceso a internet. En este punto nos llevamos varias sorpresas porque uno de esos indicadores es la conexión a internet y por ejemplo, vemos que el país situado en el quinto puesto de entre todos los países del mundo se lo lleva Rumanía. Lo que pasa es que no es solamente ese indicador el que hace una ciudad inteligente, sino que hay cerca de cien indicadores más que sirven para definir una ciudad inteligente.
Algunos de ellos, aparte de tecnología e innovación, son: calidad de movilidad, transporte, plan urbano, economía gobierno, gestión pública, medio ambiente, cohesión y capital humano. También como anécdota, a la hora de valorar el avance tecnológico se mira, además de la banda ancha, los ciudadanos con smartphones, e incluso, la tiendas Apple existentes.
Esperemos que todas las ciudades, sobre todo las españolas, vayan progresando en sus desarrollos tecnológicos y escalen posiciones en estos rankings: será una buena noticia para todos nosotros ya que su objetivo, como ya hemos dicho, está en hacernos la vida más fácil.
Fuentes consultadas: Redciudadesintelignetes.es (¿Qué es una Smart city?), Inarquia.es (Ciudades inteligentes en España) y Infobae.com (Las 30 ciudades mas inteligentes del mundo).