Ya son menos los que dudan de que estamos en pleno cambio climático. Las temperaturas que hemos sufrido en el verano de 2022 en España nos hacen presagiar que vendrán tiempos convulsos. Según AEMET, la Asociación Estatal de Meteorología, cada década, los veranos se alargan diez días de promedio.
Desde los años 60 la temperatura media en España ha subido 1,3 grados, aunque si contamos desde la época preindustrial, el aumento es de 1,7 grados. No hay que olvidar que el CO2 emitido por la industria es el causante del 40% de estas emisiones (según datos del año 2017).
Los días de calor extremo han aumentado considerablemente y, en los últimos diez años, fueron 11 veces más numerosos que los días de frío extremo. Todos estos datos nos dicen que en España se está agudizando este cambio climático.
Ahora mismo se está luchando para que este incremento no pase de los 1,5 grados. En caso de que se llegara a los 2 grados, los cambios serían mucho mayores y más peligrosos en áreas que afectan a la totalidad de España.
Hace unos meses, los pantanos han estado en mínimos y si esto sigue con el aumento de temperaturas 27 millones de españoles sufrirán escasez de agua. En cuanto al suelo un 70% estará en peligro de desertificación. Los ecosistemas no podrán adaptarse al cambio y, además, aumentarán las especies invasivas. En la agricultura habrá más plagas y disminuirán los pastos. En la costa atlántica la subida del nivel del mar ya es de 1 o 2 mm/año mientras que en el Mediterráneo es de 1 /10 mm/año. Un estudio de la Universidad Carlos lll estima que la mortalidad aumenta un 10% por cada incremento de 1ºC.
En España todavía no hemos llegado a esos 1,5 grados, pero sus consecuencias negativas ya se están notando con precipitaciones intensas e inundaciones causadas por las DANAS, lo que antes se llamaba “gota fría”. Las DANAS se producen normalmente en la zona de levante porque el Mediterráneo se está tropicalizando.
El calentamiento no se comporta de igual manera en todo el territorio, al igual que ocurre en el mundo. En el Ártico se calienta el doble que en el Antártico, porque en el primero, bajo la capa de hielo hay agua, mientras que en el segundo, es tierra. De la misma manera, el centro de España se calienta más que la cordillera cantábrica, aunque el mayor peligro se centra en la cuenca mediterránea. La organización meteorológica Mundial avanza que en el Mediterráneo se incrementará la temperatura 2,2 grados en el año 2040, a no ser que las políticas actuales cambien y se decida actuar con todos los recursos.
El Pan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 es el compromiso del gobierno de España ante la emergencia climática y ambiental. Y tiene como finalidad promover una acción coordinada para reducir los daños presentes y futuros de las situaciones derivadas del cambio climático para construir una sociedad y economía más resilientes.
Esperemos que este Plan avance en la dirección óptima para que podamos controlar todos los efectos negativos del cambio climático y no se den situaciones como la de la localidad de Livia, en Girona, cuya temperatura ha aumentado 3,26 grados con respecto a la década de los 60.
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