Ya hemos hablado en este blog, en general, de la figura del perito y su importancia pero el tema no se agota ni de broma con esas referencias generales. Es verdad que el perito, como valorador del daño que debe reparar el asegurador, es una pieza fundamental en el funcionamiento del seguro, sin embargo, su importancia puede llegar a ser mucho más grande, especialmente cuanto mayor es su especialización.
La misión general del perito, valorar el daño, se despliega en miles, sino millones, de misiones particulares, de percances concretos, donde la valoración del daño requiere de conocimientos muy específicos. Uno de los elementos que se puede poner como ejemplo son los seguros que cubren antigüedades y obras de arte. Al contrario de lo que puedas pensar, el grueso de los percances a los que enfrenta el asegurador de arte no tiene que ver con los robos que salen en la televisión; tiene que ver con daños sufridos por las obras de arte, por ejemplo durante su traslado para una exposición. Valorar el daño en una obra de arte no es como valorar el daño en una estantería; hay que tener en cuenta el tipo de obra, si va a ser necesario llevar a cabo labores de restauración, la magnitud de dicho daño… El perito tiene que ser alguien con conocimientos muy precisos.
Otro entorno que ejemplifica muy bien la elevada profesionalización de los peritos es el relacionado con el daño corporal en accidentes de tráfico. No son pocas las ocasiones en las que, para poder objetivar dicho daño, se hace necesario realizar análisis muy complejos relacionados con la mecánica del accidente. El perito, en este caso, a partir de la información de que dispone, debe llegar a conclusiones sobre las fuerzas que, por ejemplo en un choque, actuaron sobre el cuerpo de la víctima, y en qué medida fueron susceptibles de generar los daños que se afirma sufrió.
Los peritos que valoran daño corporal en accidentes de tráfico necesitan amplios conocimientos en la mecánica del accidente
Otro gran grupo de peritajes altamente profesionalizados son los que afectan a los incendios que, como es fácil sospechar, en ocasiones son sucesos muy complejos en los que resulta asimismo complicado averiguar el origen o el carácter de fortuito o provocado, datos éstos que lógicamente son de gran importancia para la actuación del seguro. En otro tipo de siniestros influyen factores que generan la necesidad de hacer análisis o comprobaciones donde los conocimientos técnicos o científicos se hacen totalmente necesarios.
Los peritos necesitan formación continua para mantenerse al día de los cambios en el sector en el que están especializados
Los peritos, pues, realizan un importante esfuerzo de profesionalización para adquirir su profesión; un esfuerzo que, además, nunca se termina, porque el avance de las tecnologías, de los materiales, y de los propios riesgos, hace que, en realidad, un valorador como es el perito siempre tenga que estar formándose para mantener el ritmo.