Se considera dependencia a aquella situación de salud que hace que la persona necesite la ayuda de un tercero para poder realizar actividades de la vida diaria, como vestirse, lavarse, cocinar o comer. Es una situación que puede sobrevenir a raíz de una enfermedad o, de un día para otro, tras un accidente. En cualquiera de los dos casos, limita la autonomía personal y la calidad de vida y, por eso deben atenderla tanto los poderes públicos como las entidades privadas como las aseguradoras. Hoy abordamos cómo actúa el seguro cuando la dependencia llega como consecuencia de un accidente de tráfico.
La indemnización o cuidado de la dependencia en accidente de tráfico se regula a través del sistema de valoración de los daños corporales en accidentes de tráfico, comúnmente conocido como el Baremo. Se trata de un sistema oficial de valoración que se aplica en toda España. Esta indemnización tiene dos vertientes: el pago por las atenciones al dependiente, y el pago de los gastos sanitarios.
Para el pago de atenciones, el Baremo español tiene una tabla en la que se señalan las secuelas de accidentes de tráfico que generan dependencia, e incluye las horas diarias de ayuda de una tercera persona que son necesarias en cada caso. Según el acuerdo al que llegue con la víctima, la aseguradora puede pagar esta indemnización con dinero o bien directamente ofrece asistencia domiciliaria de por vida en las condiciones establecidas en el Baremo. Por otra parte, esta indemnización no deberá pagarse en el caso de que la víctima esté permanentemente ingresada en un centro sanitario o sociosanitario que paga la aseguradora, ya que en ese caso es dicha institución la que presta la ayuda necesaria.
Como suele ocurrir en otros puntos del Baremo, la indemnización por ayuda de tercera persona no es única ni rígida. De hecho, su cuantía depende de la edad de la víctima y del número de horas de ayuda que necesite, de forma que, cuanto más joven es la víctima y cuantas más horas necesita, más elevada es la indemnización.
En el caso de lo segundo, se han de calcular tanto los gastos médicos presentes como los futuros que deberá afrontar la víctima a causa de las consecuencias físicas y sicofísicas del accidente de tráfico.
El Baremo del seguro del automóvil, por lo tanto, está construido para que las víctimas de accidentes de tráfico, cualesquiera que sean, y cualquiera que sea quien les haya causado el daño, obtengan aquello a lo que tienen derecho: una atención digna y suficiente, y calidad de vida. Éste es el beneficio social que niega aquél que circula sin su seguro obligatorio de vehículos.