Bien, has decidido contratar un seguro de viaje, ya tienes garantizada la mitad de la tranquilidad en tus vacaciones. Para tener la tranquilidad completa, debes cerciorarte de que has elegido el que mejor se adapta a tus necesidades. Para ello, te proponemos que antes de elegir seguro te plantees estas cinco preguntas:
¿Qué tipo de destino visito?
Porque no es lo mismo viajar a Francia que a Bielorrusia, sería absurdo visitar ambos destinos con un mismo seguro. En el segundo de ellos, por ejemplo, no puedes entrar si no es asegurado frente a determinados riesgos. No es, además, el único país que puede exigírtelo, motivo por el cual harás bien en informarte previamente sobre esta materia. Por otro lado, en los destinos exóticos o muy lejanos, aunque no sea obligatorio, es mejor que lleves un seguro con coberturas amplias y suficientes ya que cualquier imprevisto allí saldrá caro, especialmente la repatriación.
¿Qué sistema sanitario tiene el país al que viajo?
Hay tres puntos importantes que debes tener en cuenta en materia de asistencia sanitaria:
- Si viajas por Europa. La Tarjeta Sanitaria Europea te garantiza atención médica en los Estados miembros de la Unión pero en las condiciones del país en el que te encuentras, por lo que puede que algunos tratamientos no estén incluidos. Si necesitas volver a España, además, la repatriación corre de tu cuenta o, mejor, del seguro.
- Si viajas a países donde la asistencia sanitaria es muy cara. Existen destinos donde un simple esguince puede costarte el sueldo de medio mes. Hablamos de Estados Unidos, Japón, Canadá, países caribeños, Colombia, Venezuela, China… Si viajas a uno de estos lugares, no solo debes tener cobertura sanitaria en tu seguro sino con límites de gasto elevados que puedan cubrir todas las atenciones que requieras.
- Si viajas a países en vías de desarrollo. En estos destinos el problema puede ser la calidad de las infraestructuras sanitarias, por lo que lo importante es que tu seguro tenga buenas garantías de repatriación, a ser posible, cobertura ilimitada.
¿Voy a realizar alguna actividad en el destino?
Si tienes previsto realizar deportes extremos o de riesgo en tu lugar de destino es probable que ya hayas contemplado que tu seguro de viaje debe cubrir también los contratiempos de dicha actividad, sobre todo en lo referente a lesiones y accidentes. Sin embargo, debes tener en cuenta que hay actividades que tal vez no concibas como de riesgo pero que pueden conllevar peligros que te salgan muy caros: surf, snorkel o incluso senderismo. Es muy útil tener una garantía extra que cubra esta actividad y, sobre todo, poner en conocimiento del asegurador la información sobre la actividad que vas a practicar.
¿En qué época voy a viajar?
La temporada alta es la época con más afluencia de viajeros pero también de protestas sindicales. Las plantillas de las empresas dedicadas al transporte y el turismo aprovechan este momento para dar más visibilidad a sus reivindicaciones laborales o lo que es lo mismo, hacer huelga, sobre todo en el sector aéreo. Debes tenerlo en cuenta a la hora de elegir las coberturas de cancelación o retraso de tu seguro, no haberlas contratado puede suponerte serios problemas económicos si te encuentras con una huelga de pilotos, controladores, personal de tierra, etc.
¿Creo en la Ley de Murphy?
Lo habitual es volver de las vacaciones sin contratiempos pero los imprevistos ocurren y algún día te puede tocar a ti. Si crees en esta afirmación, ten en cuenta que lo que debe incluir un seguro para estar bien protegido:
- Cancelación de viaje por el organizador y anulación por parte del asegurado.
- Indemnización en caso de retraso en el viaje
- Indemnización en caso de daño, robo o pérdida de equipaje
- Cobertura de responsabilidad civil, es decir, los daños que puedas causar a terceros, por un mínimo de 60.000€
- Atención de defensa jurídica, por ejemplo, para poder consultar a un abogado por teléfono o para disponer de anticipos en caso de necesitar una fianza judicial.
Si has respondido a estas cinco preguntas, seguramente ya tengas mucho más claro todo lo que debe incluir tu seguro de viaje. Así, a la vuelta podrás traer ese típico video de tres horas en el que no ocurre absolutamente nada y que pondrá a prueba la amistad de los tuyos; pero no una factura que te cueste un riñón.