Las cifras del seguro permiten estimar que, cada día, se producen en España más de 350 incendios de variada importancia en hogares asegurados o no asegurados. El fuego es algo que se puede presentar, pero lo que sí ocurre en el tiempo presente es que es difícil que se presente por mera fatalidad. Las mayoría de las veces, el fuego es el resultado de algo que estamos haciendo mal. Por eso, con la experiencia que tenemos en atender los incendios sufridos por nuestros clientes, te presentamos cinco consejos fundamentales para evitar los incendios caseros.
Mantén a tus hijos alejados del fuego
En primer lugar, si los hay en la casa, ten cuidado con los niños pequeños. A muchos niños les fascina el fuego y les gusta jugar con él. Para ellos, pues, cerillas, mecheros, mecheros de cocina, sustancias inflamables, etc., deben ser objetos prohibidos. Está en tu responsabilidad alejar de sus manos esas cosas.
No sobrecargues los enchufes
Es bueno que tengas cuidado de no sobrecargar los enchufes. Puede que seas una de esas personas a las que les basta con un par de enchufes en la pared, o de los que van encadenando un “ladrón” detrás de otro, según va necesitando enchufar cosas. Pues no. Si sobrecargas los enchufes, te la estás jugando.
El gas, solo cuando lo necesitas
Anímate a recuperar las buenas costumbres de tu abuela, que seguro que cerraba el gas cuando no lo estaba usando. Puede que seas de los que lo cierran cuando se va de casa pero, en realidad, la medida adecuada es cerrarlo cuando te vayas a dormir. Y no estaría de más que incluyeses en tu rutina al irte a la cama el hábito de revisar fogones, horno, tostadora, cualquier electrodoméstico que trabaje con calor, para cerciorarte de que están apagados. Si hay niños pequeños en la casa, la revisión es obligada. No te olvides, tampoco, de que un calentador a gas debe tener una llama azul. Si la ves roja, debes llamar a un experto.
Mucho ojo con la plancha
Aunque te acabamos de decir que hay que tener cuidado con todos los electrodomésticos que trabajan con calor, hay uno que resulta crítico: la plancha. La plancha se diferencia del horno o la vitrocerámica en que la puedes dejar en cualquier parte. Cada vez que la vayas a usar, cerciórate de que te provees de una superficie no inflamable donde vas a dejar la plancha encendida. Además, apágala cuando no la estés usando; y, sí, eso incluye cosas como que suene el teléfono o llamen a la puerta.
Adiós al tabaco
Por último, pero no por ello menos importante, si eres fumador suponemos que tu médico ya te da bastante la matraca. Pero, además de que sea deseable que lo dejes, mucho más lo es que, mientras no lo dejes, te abstengas de fumar en la cama. Embozado en ropa inflamable como estás no es, desde luego, muy buena idea.